134 Dolel?n de la Real Academia Gallega
T A S
(t) El Sr. Vindel escribi? poema musical del siglo XII"? pero ya se sabe que esta fe
cha es preciso adelantar una centuria, aproximadamente.
(2) He aqu? como se desarrolla el peque?o poema de Nuno Fern?ndez: t.? La Ena
morada se queja de que su amigo la abandon? (C. U 8o5). 2.? jura a San Clemente del Mar
vengarse del traidor (8o6). 3.? Pero ni en San Clemente conf?a ya; y eso que si le trajera a su
amigo le ofrendar?a grandes candelas de Par?s (807). 4.? Arrepentida de su impiedad, acude a
hacer oraci?n en la ermita de San Clemente, y all? recibe la fausta noticia de que su amigo
est? a punto de llegar.
La conexi?n de las C?ntigas de Mendes de Besteyros est? patente ?n las primeras es
trofas:
451? ?Deusl ?Qu? leda eu esta noite vy,
amigo, en un sonno que sonney!
Ca sonnava eu, como vos direy,
que me dizia meu amig` assy:
Falad`, amiga ?ay meu lum' e meu ben!
452? Ora vejo eu que non ha verdade
en Bonn`, amiga, si Deus me perdon?:
e qu?rovos logo mostrar a raz?n,
e veredes como, por caridade:
sonney muit` ha que veera meu ben,
e meu amigo no veo nen ven.
De los poemitas de Payo G?mez Charino?pues no compuso solo uno ?ha hecho'un
precioso estudio la Sra. Michaelis de Vasconcellos (C. da Ajtula, II, 424 y sig.)
(3) Nada puede extra?ar que esta perturbaci?n sea id?ntica en los Cancioneros
romanos y en el rollo trecentista, porque podemos suponer la siguiente filiaci?n bibliogr?
fica: el rollo trecentista es un trasunto de la tradici?n oral, trabajado por un amanuense, a quien
importaba m?s lo epis?dico que lo trascendental de un poema, siquier peque?o; y este rollo u
otro, de ?l derivado, ha contribuido ? la gran compilaci?n denominada Livro das Cantigas
del Conde de Barcellos, que sirvi? m?s tarde de fuente para los dos ap?grafos Coloccianos,
? C Vy C B.
(4) Si los documentos acotados por D. Santiago de la Iglesia en su Historia de Vigo
y su comarca, p?g. 161 y siguiente, como procedentes del archivo de la Catedral de Tuy son
aut?nticos, consta que en el siglo xll hab?a en Vigo una iglesia dedicada a Santa Mar?a y otra
a Santiago. La de Santa Mar?a debi? constituir el centro del culto de la gente de mar, y de
seguro que estaba emplazada en el mismo sitio de la iglesia actual de igual advocaci?n, a
modo de ?gida y gu?a: manis stella. El estribillo de la Cantiga III supone que desde la iglesia
aludida en las Cantigas Codacianas, se puede contemplar el bleaje del mar, y esto cuadra
mejor ? la iglesia de Santa Mar?a, la iglesia por antonomasia, ? mi entender. Bien es verdad
que siendo Santiago el santo de los milagros de aquende y allende el Mi?o en la ?poca tro
vadoresca, seg?n aquella C?ntiga de Payo G?mez Charino C V, 42g:
lAy Santiago, padr?n sabido!'
Vos m` adugades o meu amigo,
pod?a pensarse que su iglesia ser?a la frecuentada por la gente enamoradiza, y que su fiesta
de Julio ser?a ocasi?n de conquistas como la que celebra esta C?ntiga Codaciana.
(5) Sobre Leodegundia, hija, tal vez bastarda, del rey D. Ordo?o I, afamada por
su ingenio y erudici?n, guardan sorprendente silencio las cr?nicas del siglo x y siguientes.