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Bolet?n de la "Real "kcademia Gallega 239
decir, las Noticias y Monumentos de la m?sica gallega arcaica (1 f), que
' nos den idea del medio ambiente art?stico, capaz de explicar la aparici?n
de las delicadas Melod?as Codacianas, y de la vocaci?n nativa de la conglo
merada raza gallega, celtolatinocueva principalmente, para la m?sica, y
su ardiente pasi?n por ella, igual que por la poes?a y la danza (u).
I. NOTICIAS (r3). Strab?n, grecoromano, del tiempo de Augusto,
escribe en el Libro 3.? de los Comentarios Geogr?ficos (4): ?los monta?eses
moradores del conf?n boreal de Espa?a, gallegos, astures, c?ntabros y
vascones, viven todos del mismo modo Despu?s de beber, danzan
cantando al son de una flauta o 'una trompeta?.
Silio It?lico, hispanoromano, que compuso, bajo Ner?n, su epope
ya De bello punico, caracteriza a la juventud gallega, que march? con An
nibal a la conquista de los laureles de Cannas, en los siguientes conocidos
versos: ? misit Gallaecia dives pubem,
barbara nunc patriis ululantem carmina linguis,
nunc pedis alterno percussa verbere terra,
ad numerum resonas gaudente plaudere cetras?,
donde se alaban la poes?a galaica, de metros y ritmo no usados por los
romanos, la ?ndole nost?lgica de las melod?as mas gratas a nuestro pueblo,
y la acompasada danza y el arte de pulsar cadenciosamente los m?sicos ins
trumentos, que deleitaban a los gallegos del tiempo de Silio 5).
Del siglo iv es San Jer?nimo, quien en su Ep?stola cxxxiii hace la
siguiente pintura de las costumbres libertinas de los disc?pulos de Prisci
llano, tan numerosos en Galicia: ?Soli cum Bolis clauduntur mulierculis
et illud eis inter coitum amplexusque decantant:
Tunc pater ornnipotens, fecundis imbribus aether,
conjugis in gremium laetae descendit, et omnes
magnus alit, magno commixtus corpore foetus.? (i6).
A??dase el fragmento de un himno priscilianista; que empezaba as?:
?Cantare volo, saltate cuncti?,
y el himno, perdido, de Argirio, poeta de la secta; y no ser? dificil en
tender como en el siglo iv y siguientes?pues el Priscilianismo, aun des ?
pu?s de vencido en los concilios de la Iglesia Gallega del siglo vi, ejerci?
durante bastante tiempo, en los monasterios gallegos, la influencia propia
de un cad?ver en descomposici?n, como dijo mi admirado maestro L?pez