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Doledla de la Real 5kcademia Gallega 159
Por lo dem?s, considerada con relaci?n a su ?poca, la lengua de Mar
t?n Codax, ofr?cesenos como una creaci?n adulta, por lo pulida, d?ctil y
musical. Es la lengua de las C?ntigas de Santa Maria y de Las Partidas,
pero anterior. Es la lengua cl?sica que luce casi pura en el Cancioneiro da
Ajuda, y que, a?nadulterada por los gram?ticos lusitanos delsiglo xiv,
gallardea a veces con sus nativas gracias en los poetas galaicos del Cancio
nem Vaticano y del Colocci Brancuti. Es la lengtia suave, armoniosa y
rica, que prepara y hace posible la aparici?n de Cr?nicas, como la Antigua, .
de 1298, seg?n dat? el P. Sarmiento, la General, de gol., y La Gran'
Conquista de Ultramar, incluida en aquella; de Leyendas profanas, como
la Cr?nica Troyana, y religiosas, como el Fros Sanctorum pequenino, de
fines del siglo xiv, y el otro, de Rui V?zquez, de fines del xv (2); de tra
tados cient?ficos, como el de Albeiteria, de comienzos del xv?que ha
descubierto recientemente mi docto amigo D. Juan Dom?nguez Fontela,
rector de San Francisco de Vigo?, y otros de Medicina, Astronom?a, etc.,
perdidos, pero de los cuales hay clara noticia en los poetas eruditos de
la Edad Media; de Poemas que entraron en diversas compilaciones, como
la de Baena, y otras modernamente publicadas por Barbieri, Mitjana y
Lang; de tratados de Gram?tica, que, con raz?n, supone el P. Sarmiento,
y de Po?tica, como el incluido en el Cancionero Colocci Brancuti; de
libros eclesi?sticos, como las Constituciones del Arzobispado de Santiago,
de 1309, que D. Rodrigo del Padr?n, insigne prosador gallego, mand?
redactar o redact? en romance; de Ordenanzas y Constituciones, ya muni
cipales, ya de los Gremios y Cofrad?as; de novelas bretonas, que, sin
duda, tuvieron gran boga entre nuestras gentes, en cuyas tradiciones
c?lticas encajaban esas composiciones, de fondo c?ltico tambi?n, y ca ?
ballerescas, como el Amadis de Gaula, que a fines del siglo xmcompuso
el can?nigo compostelano Juan de Lobeira; de c?dices, apenas conocidos
por algunos eruditos, que se guardan en bibliotecas portuguesas?de que
atr?s se apunt? alguna noticia?, espa?olas?como la de Valencia, orgu
liosa de uno de que me ha dado noticia mi erudito amigo D. Salvador
Cabeza Le?n, ilustre catedr?tico de la Universidad compostelana?, y
alemanas, por ejemplo, la de Munich, donde el doct?simo catedr?tico de
la Universidad de Madrid, Sr. D?ez Canseco, ha copiado un texto gallego
del Fuero Juzgo; de los cuadernos de romances, perdidos, aunque ?stos,
en su mayor?a, vivan en la tradici?n oral, como los que forman la pre
ciosa colecci?n que, en la provincia de Orense, recogi? recientemente el
aventajado literato D. Alfonso Hervella, mi bondadoso amigo; de los
libros, en fin, extraviados hoy, pero que el tiempo descubrir?, como ha
escrito el P. Sarmiento en el siglo xvm, cuando acaso ?l era el ?nico