io Doletta de la Real )academia Gallega
?
Si en el texto del ms. vaticano Mart?n Codax es, bajo diversos as
pectos, casi una inc?gnita, los trabajos cr?ticos sobre aquel texto y los
toques y retoques a? la interpretaci?n de Braga, no han logrado darnos el
verdadero Codax, pues es tanta la?disparidad entre los cr?ticos, seg?n
indiqu? y ahora queda demostrado. Hay m?s aun.
Por extra?o que al lector le parezca esta multiforme interpreta
ci?n del texto vaticano de las Cantigas Codacianas, lo es mucho m?s,
sin duda, la caprichosa manera con que se ha le?do en los pasajes correc
tos y suplido en lo faltoso, el rollo membran?ceo, ahora descubierto, que
contiene el texto aut?ntico de Mart?n Codax. D. L. D' Orvenipe (cript? .
nimo del descubridor del rollo, D. Pedro Vindel) nos ha dado con la
primera noticia del feliz hallazgo, en la revista Arte Espa?ol, de Febrero
de x94, dos fotograbados parciales del rollo : uno que reproduce la
Cantiga primera (884, C. V.) y otro la quinta (888, C. V.). Pero como
una de las faltas del pergamino est? en la parte correspondiente a la se
gunda estrofa de la Cantiga quinta, D. L. d' Orvenipe llen? la laguna
con el texto de la interpretaci?n de Men?ndez Pelayo, grafi?ndolo con un
estilo que pretend?a ser el del pergamino del siglo xmxtv, si bien imi
taba, en realidad, la obra de un torpe falsificador del siglo xvit. No era,
pues, Codax, o su copista, quien hab?a grafiado las siguientes palabras
de la Cantiga quinta:
Quantas sabedes damor
treides comigo ao
e banar nos
Treides comigo
e ueremos ao
Ello, descuidado e incorrecto, como aparece, bajo el aspecto orto
gr?fico, ling??stico, literario 'Y paleogr?fico, era el fruto, prematuro, sin
duda, del trabajo de restauraci?n paleogr?fica de D. L. D' Orvenipe, no
m?s afortunado para los manes de Mart?n Codax, que el de los cr?ticos
que le han precedido en la empresa de restituir a su pr?stino esplendor
las hermos?simas Cantigas Codacianas.
Era de esperar que D. Pedro Vindel, el descubridor y due?o del au
t?ntico y genuino Mart?n Codax, galaico enxebre del siglo mi, no tami
zado por los gram?ticos lusitanos del xtv, corregir?a todos los yerros de
los cr?ticos restauradores (corruptores, m?s bien, en muchos casos) de
nuestro excelso poeta, en la espl?ndida edici?n que le preparaba y, con
efecto, di? a luz p?blica, bajo el r?tulo: Mart?n Codax.?Las siete cancio
nes de amor: poema musical del siglo XII, 1915. Era de esperar que la in
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