2 I 8 Dolet?n de la Real 5cademia Gallega
tanda de ser en todas estas monedas radiado el busto de los emperadores y
la de estar el de las emperatrices puesto sobre un creciente o media luna,
caracter?stica, seg?n Mommsen (1), de la llamada Argenteus Antoninia
nus o Aurelianus, por haberla creado Marco Aurelio Antonino Caracalla,
y ser todas ellas menos que medianos bronces y de m?dulo igual, o muy
inmediato, al de los Antoninianos (2); a esta clase pertenecieron, sin
duda, todas o casi todas las monedas de plata, bill?n y bronce, o cobre
plateado, en que nos ocuparemos (3).
Desde Gordiano?escribe Hertzberg?(4), no se acu?aban ya dena
rios y continuaban, no obstante, us?ndose en el comercio como moneda
imaginaria. Reemplaz?los el Antoniniano que, a su vez, sufri? la falsi
ficaci?n oficial por medio de la creciente aleaci?n con metales inferiores,
y s?lo para el comercio exterior y, excepcionalmente, para algunos jefes ?
distinguidos, se acu?? moneda de mejor ley que la usual. Los particu
lares retiraban del curso las mejores monedas que llegaban a sus manos
para guardarlas, enterr?ndolas tales como eran o fundidas en lingotes.
Si en tiempo de Gordiano III, la moneda de plata conten?a todav?a algo
m?s de una tercera parte de este metal, en el de Galieno baj? esta ley
a una quinta y, ?ltimamente, a una vig?sima parte. Con semejante 1
estado de cosas, aument? la fabricaci?n clandestina de moneda falsa y
los monetarios del Gobierno aprovechaban la confusi?n general para em
peorar su calidad, qued?ndose con la mayor parte del metal fino; de
suerte que la moneda de plata acab? por ser moneda de cobre, a la cual
se le daba, con una aleaci?n de esta?o y un ba?o de ?cido, un ef?mero
brillo blanco. En la Galia sucedi? lo mismo, bajo el gobierno de P?stu
mo: admitiendo el valor oficial de 22'83 del dobl?n o aureo de Caracalla,
el antoniniano deb?a valer 1'4 ptas., pero en realidad, no llegaba en
aquel per?odo a m?s de 65 c?ntimos; en el de Heliog?balo baj? a 45 c?n
timos y en el de Galieno hasta I2 2 c?ntimos de peseta.
Hab?a degenerado tanto el Argenteus Antoninianus y las dem?s mo
nedas de plata ?a?ade Mommsen?(5), que en las de Claudio II
(i) Hist. des man. ron., III, 111, tr. fr.
(2) M?dulos 5 y 6 de la escala numism?tica de Mionnet.
(3) Todas estas monedas nos parecen fundidas : en aquel calamitoso periodo del
imperio romano s?lo por excepci?n se grabaron algunas que, en general, muestran la deca
dencia del arte y el olvido de los modelos griegos y aun los del tiempo de los C?sares y
Antoninos.
(4) Hist. del imp, roen., 214.
(5) Ob. y t. cit.