46 jolelin de la Real Academia Gallega
La elaboraci?n coloniana en que G. de la Riega dej? eterna huella de su in
genio pueril y de su habilidad qu?mica, est? en esos trece Doc. de la serie B, de
los cuales, corno queda indicado, public? once en Col. Esp., uno, el B6, en Vida
Gallega, Mayo de 1911, y otro, el B3, lo dej? in?dito, acaso porque una supuesta
Mar?a Fonterosa de 1525, no significaba mucho m?s en la nueva teor?a coloniana
quedos Fonterosa leg?timos de fines del mismo siglo xvt y de los siguientes que
abundan en varios ayuntamientos de la provincia de Pontevedra y di?cesis de
Tuya
La conclusi?n de este prolijo estudio, hecho a la vista del curioso
lector, y conforme a las exigencias de la Critica objetiva, est? tambi?n a
r,. la vista.
Todos los medios de la Paleograf?a Cr?tica?Diplom?tica, Braqui
graf?a, Filolog?a e Historia interna, hasta la Qu?mica que ilumina lo
externo de la materia documental ?concurren a demostrar experimen
talmehte, seg?n demanda el m?todo de las ciencias positivas, cual la
Historia?hoy, por fortuna, emancipada del car?cter rom?ntico de otras
no lejanas calendas?, que los Doc. Pontevedreses Colonianos?los .des
? cubiertos y publicados por G. de la Riega, como base de su nueva teo
r?a sobre el origen y patria pontevedresa del gran Crist?bal Col?n?,
no son Colonianos, puesto que han sido falsificados en los pasajes re
ferentes al tema de aquella teor?a y carecen, por lo,tanto;de todo valor
hist?rico en cuanto fuentes del tema Col?n Espa?ol.
El libro COLON ESPA?OL, en que este tema se expone, no es m?s
que una pobre ficci?n, una supercher?a, que s?lo por lo da?osa a la
cultura regional, merece ser desenmascarada para aviso de los unos y
ridiculizada para ejemplo de los otros.
?Ni c?mo librar de este tan oprobioso sambenito de superchero a
Garc?a de la Riega, que ha creado aquel tema por s? s?locomo ?l
mismo dice ?y por s? s?lo le di? apoyo en los ?nicos documentos que
podr?an darle s?r si tuvieran las garant?as necesarias para ello? (47).
?Acaso podr?an obrar ese milagro de dar valor a documentos reto
cados, corregidos e interpolados ap?crifamente las teorfas anticr?ticas
de la inconsciencia de las falsificaciones, o de la avivaci?n del conte
nido coloniano de los Doc., propuestas por algunos de los continuadores'
de Garc?a de la Riega? (48).
Imposible, sin menoscabo del concepto en que ellos precisa y ex
clusivamente le tienen. D. Celso Garc?a de la Riega, por su libro COLON
ESPA?OL, quedar? resellado para siempre con el ,estigma de los inven
cioneros y fabulistas de bajo coturno (49), pero sin un Ram?rez de Prado
y sin un Argaiz que con su inmensa erudici?n le pudieran sacar apa
rentemente de la profunda sima en que le sumergi? la propia vanidad.