126 Bolet?n de la Real 5kcaderrtia Gallega
otro esparcimiento sino el de pensar en su amor; y eso que no tengo m?s cen
tinelas que me guarden sino mis ojos siempre llorosos / (C?nt. IV).
?C?mo tarda en volver el esperado amigo! Un d?a se acerca la Enamorada,
. a aquella orilla, desde donde vi? alejarse la nao que ?l tripulaba; y pregunta a
las olas si ya han visto el nav?o en que regresa aqu?l por quien ella suspira y
por quien vive en perennes ansias.??Dios miol?dice??vendr? presto? (C?nt. I).
Pero el deseado d?a no acaba de llegar: la Enamorada vuelve otra vez a
orillas del mar; y de pi?, sobre las rocas del acantilado su esbelta figura, con
templa largo rato aquellas olas que guardan tal vez el secreto de su dicha, y
preg?ntalas ingenuamente si saben cual ser?, la causa porque tarda tanto en
regresar su amante, no estando ella a su lado. (C?ntiga VII).
IV
LA BUENA NUEVA
? (C?ntiga it )
Pas? la, noche oscura para la Ena9norad? de Vigo. A su hogar campesino
asoma ya el alba, alegre y luminosa tan ansiada: es que ha recibido un mensaje
con la dulce noticia de que va arribar a las conocidas playas el bien amado
amigo. Por eso canta con alegre y ?gil ritmo la, canci?n de la buena nueva.
?111i amante regresa venturoso?canta?, y yo ir? a Vigo a celebrar con ?l su
bienvenida.
V
EL D?A FELIZ
(Cantiga v)
La Enamorada. que llor? sola, la ausencia del amante, invita ahora a sus
amigas, que tratan tambi?n de amores, a que sean testigos de su dicha en el
momento suspirado en que va a llegar su amigo.??Qu? bien!?les dice ella??Como
vosotras, podr? ahora gozar el sano placer del bailo de IIBOT, en las limpias
aguas salobres del dilatado mar de Vigo!
Aqu? termina el peque?o poema de Mart?n Codax.
Nuestro trovador no cant?, que sepamos, el fausto himeneo de su
Enamorada, como el de aquella Leodegundia famosa, gallega tambi?n,
celebrada por otro juglar latino del siglo x (5), o, por el contrario, el
tr?gico fin de sus amores, semejante, por ventura, al de los de aquella
bell?sima pastora, a quien. Ayras Nunes oy? cantar entre sollozos:
So lo ramo verde florido
bodas facen ao meu 'amigo :
?e choran ollos, de amor! (C V, 451).
Pero lo cierto es que, tal como lo conocemos, el poema codaciano
tiene un desenlace no menos adecuado que muchos de los poemitas con
que el delicado Tibulo celebr? a su Delia.