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Dolel?n de la Academia Gallega
Compostellanus: Una duda agita mi mente. Dime: la que mereci? ser
Madre de Cristo Dios ?ha sido concebida sin pecado original, o con ?l? A
decir verdad aquello es lo que parec?a conveniente, porque pienso que a
la gloriosa Virgen Madre del Se?or le fueron otorgadas todas las gracias
que pod?a recibir; de lo cual infiero claramente que Mar?a ha sido santi
ficada en su Concepci?n, e inmune, por lo mismo, del pecado original.
Ratio: Que la Virgen ha sido colmada de toda gracia nadie puede
dudarlo; y esto basta para responder a tu pregunta. Por lo dem?s, es
evidente que antes de la animaci?n no pudo ser santificada, ya que no
era a?n naturaleza racional, ?nico sujeto capaz de recibir la gracia: pero
yo no vacilo un punto en afirmar que Mar?a fu? dichosamente enriqueci
da con la plenitud de la santidad en el preciso instante de la infusi?n del
alma: in ipsa anima infusione omniurn gratiarum plenitudine Eam beari
non ambigo.
Confieso que antes de aceptar la cronolog?a asignada a Pedro Com
postelano y a su libro De Consolatione Rationis; he titubeado mucho, y
voto, no obstante el favorable de Amador de los R?os y de mi docto
amigo Fr. Pedro BIanco, archivero de El Escorial, precisamente por la
singular precisi?n teol?gica del pasaje transcrito, que parece empapado
en el tecnicismo escol?stico del siglo xiv. Porque ya no digo Eadmer,
que escribi? unos diez a?os despu?s de Pedro Compostelano; pero ni
Warron, maestro de Scoto, ni Scoto mismo, ni sus disc?pulos Bassolis y
Aureolo, se expresaron al tratar este tema tan controvertido en la Edad
Media, con m?s exactitud que nuestro sapient?simo te?logo compostela
no, reputado por el eminente cr?tico P?rez Bayer, como portento de
erudici?n enciclop?dica y de saber teol?gico, como raro milagro de su
siglo.
?Fu? la semilla de Pedro Compostelano y de la Escuela gal?ica del
siglo xii la que produjo la flor de la C?ntiga cinco de las Festas de Sancta
Maria, que empieza as?;
?E logo que foi viva (Mar?a)
no coreo de sa madre
foi quita do pecado
que parece una versi?n romanceada de las frases del libro De Consolatio
ne Rationis, y los sazonados frutos de tantos ilustres cerebros espa?oles
y gallegos, como los dos Bernardos compostelanos, los Garc?a Brande y
Pedro Gallego, y Francisco de Sanabria, y Juan de Sirria y Feij?o y Cer