?
DF LA
REAL ACADEMIA' G
fA 6 o X Coru?a 1.? de Agosto de 1915 N ? m . 96
JUAN DE ORLEANS
En las corrientes sieinpre vivas que las peregrinaciones a Compos
tela trajeron a esta ciudad durante siglos, venfan con los extraf?os cuan
to con ?stos se relacionaba: arte, ciencia, poes?a, costumbres, creencias
populares, en una palabra, lo que con el hombre se relaciona llegaba
a la ciudad que el milagro habfa creado y ?ll? quedaba perenne. Hu?s
ped de un dfa o de toda la vida, seg?u" duraba para el peregrino el
momento de la contrici?n a que''le obligaba su voto, o encantado de
los frescos lugares en que el Ap?stol tenfa su sepulcro,'rompfa todo
recuerdo y se quedaba bajo su amparo?como quien proclama que
hab?a hallado nueva patria bajo aquellos cielos para ?l bendecidos?y
asf puede decirse quo el peregrino' dejaba siempre algo suyo en la ciu
dad santa, con lo que pagaba el momento de reposo que le ofrecia en ?
su asilo.
Entre estos ?ltimos los hubo que fueron tan de Compostela, que
no solo dejaron on ella las obras de su ingenio, sin? que, como Juan
de Orleans, para no separarse de lo que era fruto de su ingenio, obtuvo
a su pie sepultura.
Hace afios que explorando en la Real Academia de la Historia,
los trabajos de nuestro infatigable P. Sobreira, tropezamos con In copia
de In inscripci?n?de la piedra tumular que cubr?a los restos del buen
'Orleans, lo cual nos llev? a sospechar si estos ser?an los del autor de
la iglesia de Santo Domingo de Santiago, una vez que los signos gra
bados on ella?la escuadra, comp?s, etc.,?proclamaban que el muerto