?
BOLET?N
DE LA
REAL ACADEMIA GALLEGA
A?o XLV Tomo XXV la Coru?a, Enero 1946Diciembre 1950 N?meros 289293
va,
, g7
Po': EL P. FEIJOO JUZGADO EN SU TIEMPO
INTRODUCCI?N
Unas l?neas, antes de desarrollar el tema primordial del presente
ensayo.
No faltar? quien ante su anuncio pregunte: ?Qu? novedad podr?
ofrecerse en cuanto se relaciona con cualquier aspecto de la vida y
obra del famoso benedictino gallego despu?s de las m?ltiples investi
gaciones y reiteradas especulaciones publicadas en Espa?a y en el
extranjero respecto al autor del Teatro cr?tico universal?
Y, sin duda, tiene justo fundamento tal interrogante.
Pero lo mismo pudiera advertirse alevocar las m?s preclaras fi
guras de la Historia, de la Literatura, del Arte, de la Ciencia, consa
grados por 1 aexaltaci?n un?nime de los siglos y por la fervorosa ad
miraci?n de cr?ticos y observadores. Esos esp?ritus privilegiados son
como los paisajes de la Naturaleza. Contempl?ndolos con honda senti
miento, cada alma descubre nuevas y variadas sugestiones, y el poeta
y gel pensador, al identificarse con ellos, perciben un fecundo florecer
de muy diversos colores y matices.
Desgraciado de aquel que ante la vista del panorama del mundo
que le rodea permanezca indiferente y silencioso en la intimidad de
su ser.
" ? No record?is aquellas amargas lamentaciones con que Guyau, el
fil?sofopoeta, se queja de una naturaleza insensible que ni en la tie
rra ni en el cielo responde a sus pesares? Son las almas muertas que
no ,saben interrogar al paisaje ni a los esp?ritus superiores, y ante
ellos no perciben el ceo de una voz interior plena de inspiraci?n.
Bien dice el P. Feij?o en aquel tan profundo pensamiento de sus
Cartas eruditas ? que no ven los ojos sino el alma?. Yes que el obser,