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131 iolettn de la leal ylcademia Gallega
SANTIAGO DE, ARCADE
No muy lejos del hist?rico Puente de Sampayo,; en la provincia
de Pontevedra, y donde aparta la carretera ,que, conduce" al antiguo y
? ? hermos?simo castillo se?orial de Sotomayor, lev?ntase la modesta igle
sia parroquial de Santiago de Arcade, del tipo, tan corriente en nuestra
regi?n, de una sola nave :y un ?bside rectangular; bastante bien con
servada, en una comarca en que ' por su riqueza y su abundancia de
materiales se reconstruyeron, de poco tiempo; a esta parte, casi todos
los monumentos' rom?nicos que hasta hace poco perduraban.
Cubre la nave, de madera, como casi todas las iglesias 'rurales de
este tipo, y el ?bside, una b?veda de ca??n' semicircular, aunque con
tendencia a un ligero apuntamiento:
La fachada, reconstruida' en parte, como lo est?n igualni?nte 'los
muros de la nave, tal vez por 'incendio de "?sta cuando la invasi?n de
los franceses, conserva una portada sin t?mpano, del que debi? formar
parte un trozo que he visto en el` pavimento del atrio, con un c?rculo
trazado y, dentro, formando cruz, cinco'' 'discos rebajados en la piedra.
Las archivoltas de esta portada, de gruesos toros o boceles,' son' franca
mente apuntadas; tiene dos column?s por lado, de fustes monol?ticos,
uno de ellos salom?nico,. caso no' frecuente, adornado con cuentas'y
molduras finamente esculpidas, lo que Contrasta con el resto del monu
mento, en general, toscamente trabajado: 'la influencia compostelana
se ve bien patente en este fuste, ? que recuerda algunos de ' la bas?lica de
Santiago; las bases son de ese' perfil 't?rico tan corriente 'en el rom?ni
co; los capiteles presentan estrechas hojas 'que vuelven en peque?as
volutas, en los interiores, y'gruesas,' "salientes y toscas, en los de fuera.
Se ingresa en el presbiter?? por un arco triunfal semicircular' rodea
do de grandes billetes, apoyado sobre semicolumnas' de' fustes cortos,
bases t?ricas con los dados medio enterrados, y capiteles de volutas e
historiados, esculpidos toscamente y embadurnados de cal y de pintura;
el de la izquierda, con el Juicio final, en el que San Miguel sostiene la
balanza de la que de un platillo arranca el diablo algo informe, mien
tras en el otro permanece tranquila la cabeza de un infante; a ambos
lados, unas figuras esperan o presencian el juicio, que preside el rostro
del Padre Eterno; el capitel de la derecha presenta cuatro figuras como
arrodilladas y con los brazos cruzados al pecho, y otra, derecha, que al
parecer lleva un libro, ocupando el centro del grupo una bicha o ser