172 Dolelln de la )1cademia Gallega
'EL BILING?ISMO EN LA ESCUELA GALLEGA
Un tema de candente actualidad y por ello de los m?s delica
dos a tratar, es el que tienta a mi pluma para contribuir con una
modesta aportaci?n de criterio a resoluciones quo antes que nada
deben acomodarse con la realidad.
Vaya por delante mi declaraci?n de regionalismo acendrado, en
cuya formaci?n intervino tanto el ambiente de apasionado amor a
Galicia vivido en la nifiez, como la herencia paterna, de uno de
aquellos ?enxebres? precursores del movimiento galleguista actual.
Pero la nota sentimental no ha de danar, desvi?ndola des sus natu
rales y ordenados canoes, a la parte pr?ctica realizable y ?one
niente de este problema regional.
La aplicaci?n de uno de los dos idiomas, a voluntad de l'os pa
dres del alumno, es una perturbaci?n, y para admitir esta afirma
ci?n sin discutirla, basta con reparar la imposibilidad de practicar )X??
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la en el tipo unitario de nuestras escuelas, donde un solo maestro
ha de dirigirse a nifios de las dos tendencias ling??sticas.
Y si ]a dualidad de lenguas establecida en absoluta equipara ?
chin puede tenerse por grav?sima dificultad, vamos a ver qu? se lo
grar?a con aqu?lla, y c?mo habria de esquivarse ?sta.
Para dar satisfacci?n a los padres en el derecho de elegir idio
ma, habr?a que tener escuelas de cada tip() en cada aldea, y estable )X??
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cer en l?s grandes n?cleos de poblaci?n dos clases gemelas de cada
grado en las escuelas graduadas del porvenir, pues esta duplicidad
en las actuales ya no ser?a posible sin reducir a la mitad el n?mero
de grados con que cuentan.
Desde luego que el problema afecta m?s hondamente al cam
p0, ya que en las ciudades ni los ni?os por imposici?n de la cos
tumbre ni los adultos por preferencia bien marcada, sienten la
necesidad de reclamar en ning?n momento de la enseilanza el cm
' pleo de la lengua regional.
Es ut?pico a?n el prescindir de la emigraci?n como un factor
de la vida gallega, y a mantenerla han de seguir contribuyendo en
tre otras causas desde el esp?ritu aventurero de la raza, desde su
poder de acomodaci?n a todos los pa?ses y a todos los climas, hasta
la necesidad de descongestionar la excesiva producci?n humana de