202 Bolet?n de la Real "academia Gallega
yo en los claros d?as de nuestra vida, ya no existe?; he ah? el cuadro ?
que se le presentaba a la vista, cuando abr?a su ventana y respiraba
los aires que oreaban los campos que cercaban la casa paterna.
En estas querid?simas soledades vivi?; a estas soledades se reti
raba; a ellas debi? el fuerte y noble car?cter de su inspiraci?n; dir?ase
que estaba desposado con ellas, pues toda su obra es hija de los luga
res que amaba. Lo son tambi?n las tristezas que le asaltaban. ?l las
llevaba ocultas, y aguas, colinas, pinos quejumbrosos, le hablaban a
veces de los dolores que le her?an, de los desfallecimientos que le ano
nadaban, o de los recuerdos que le consolaban en su soledad.
?Ya todo esto pas?! Ya lleg? para ?l la hora de descanso y de
gloria, y pronto iremos a unirnos aquellos que lo estuvieron con ?l en
el mundo por cincuenta a?os de una amistad sin, mancha.
M. MURGU?A.
?
Con la muerte de tan insigne gallego, uno de los que m?s salien
te y original personalidad acusan en nuestra literatura regional, las
aureas p?ginas del libro Los Precursores han dejado ya de hablarnos
de los vivos, pasando a ser tan solo como pante?n de recuerdos.
Naci? nuestro nunca bien llorado compa?ero, en el risue?o y pin
toresco lugar de PonteCeso, el 6 de Febrero de 1835.
Form? parte de aquella brillante y generosa juventud, honra de
Galicia, que a mediados del siglo xrx tanto luch? por la gran obra que
dec?a Paraldo, de la reivindicaci?n de la patria gallega, y bien joven,
ya di? muestras Pondal de lo poderoso, en?rgico y valiente de su
n?men con aqu?l su tan celebrado brindis de Conjo (1856), que por
ser hoy poco conocido, reproducimos en este n?mero con algunas otras
de sus composiciones gallegas, sin excluir su popular Himno regional,
puesto en m?sica por otro ilustre compatriota, el maestro Veiga, com,
posiciones que por su originalidad y por su asunto;fueron causa de que
se conociese a nuestro poeta como el bardo gallego por antonomasia.
? Su hermos?sima y sentida Campana d'Anllons, joya de nuestra
literatura, que reproducimos tambi?n, y cuyo fondo y colorido est?n
tomados de los lugares amados, abri? a Pondal las puertas de la Fama
y fu? su consagraci?n como verdadero poeta regional, pues desde en
tonces la producci?n principal de su musa fu? en el habla materna
que en sus estrofas adquiere la virilidad y energ?a que muchos echaban
de menos en los poetas anteriores.