polet?n de la Real 5kcademia Gallega 29
Las ?ltimas palabras del orador fueron acogidas con prolongados
' aplausos.
? , EL SR. MURGUIA
A continuaci?n, el Sr. Barreiro (D. Alejandro) di? lectura al si
guiente discurso de D. Manuel Murgu?a, compa?ero que fu? en vida
de la gloriosa mujer a quien se consagraba el homenaje :
?Se?oras y se?ores
Dispensadme que en este momento calle cuanto bajo el punto
de vista literario pudiera deeiros de aquella que os merece el aplauso
un?nime de vuestra presencia. Ser?a por mi parte una falta imperdo
nable hacerlo, pues los que me escuch?is bien sab?is quien fu? Rosal?a,
cual fu? su obra de regeneraci?n de la poes?a en Galicia, y con que
gran Amor fu? por todos estimada. Dejad, pues, que en su honor me
refiera tan s?lo a lo que toca a .su vida, de la cual ella mismo dijo, con
frase exacta y en?rgica, la pas? con el pie sobre la brasa, pues eso lo
har?, aunque con supremo dolor, con un perfecto conocimiento de las
angustias que la martiriiaron y que es justo que se conozcan.
Mi vida est? tan llena de la suya que es imposible separarlas.
Fuimos como dos viajeros que hicieron juntos su jornada, esperando
un mismo descanso; pero a ella le toc?, a cambio de las penas m?s
acerbas, merecer todo recuerdo del pa?s que tant? am?, y el piadoso
recuerdo de aiquellos por quienes tanto ha sufrido, viendo su irreme
diable desnudez; y a m? la triste inutilidad de presenciar sus combates
contra la adversidad sin que pudiese aplacar su dureza.
De ti, piados?sima, cuyo coraz?n herido por inmortales sacrificios,
que como corona de espinas te mortificaron, sin dejarte un momento,
?que podr? decir en tu honor, quien debiendo y queriendo ser tu am
paro no fu? nunca tan dichoso que pudiera consolarte diciendo, ?He
aqu? que llegaron las horas apacibles por que suspiras en tu soledad,
he aqu? que brilla al fin sobre tu cabeza, como un sagrado nimbo, el
rayo del sol triunfal que merece iluminarla.
Mas a pesar de lo que para ti pas?, y yo no puedo olvidar, todo
lo que tu alma de, inspirada dej? en esta tierra, toda la bondad de co
raz?n que en ti reinaba,?y el cielo quiso premiar las grandes y escel
sas dotes con que te hab?a enriquecido,?quiere todav?a que en este
momento te se rinda el merecido aplauso que te es debido, pagando de
una vez para siempre la deuda de gratitud que contigo tiene contra?do
tu pa?s. Deuda sagrada que no pueden hacer menos los que todav?a