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EN LOS CONDES
DOS EPISODIOS DE LA RECONQUISTA
Singular coincidencia es la de que, en el curso de la historia de la
humanidad, se repitan a trav?s de largos per?odos de tiempo y bajo dis
tintas dominaciones, grandes hechos de armas en un mismo punto.
Parece que hay lugares que por sus condiciones naturales, por las estra
t?gicas o por ser el camino m?s f?cil y directo para los ej?rcitos inva
sores, tienen en s? el triste privilegio . de ser escogidos para servir de
campo de destrucci?n y de muerte.
Tal misi?n se ha desempe?ado desde los tiempos prehist?ricos en
el sitio llamado los Condes. No es ?ste ninguno de los pueblos que con
este nombre se encuentran en los diccionarios geogr?ficos. Este lugar
no es otro que una depresi?n existente en una de las estribaciones de
la monta?a del Bocelo, en que terminan parte de los Pirineos cant?bri
cos, y la que divide las dos cuencas hidrogr?ficas del Iso y del Furelos,
primeros afluentes del Ulla.
Por su situaci?n especial y f?cil acceso, fu? elegido este puerto o
ca?ada para trazar el camino que desde tiempo inmemorial pon?a en co
municaci?n directa la Coru?a y Betanzos, con la parte Sur de Galicia. La
moderna carretera sigue con poca diferencia el trazado antiguo.
La antig?edad de las emegriciones que por los Condes tuvieron lu
gar, prueban sobradamente con el hallazgo en ese punto del torques
de oro existente en la Academia de la Historia (I).
La ?poca de la Reconquista es tal vez, hist?ricamente hablando, una
de las m?s desconocidas e incompletas en sus detalles, trat?ndose de
nuestra regi?n.
Triste es saber que cuando los ?rabes daban el nombre de Galicia
(z) En el n?mero publicado en Madrid el d?a 24 de Enero de 1872, de La Ilustraci?n
Espa?ola y Americana, se public? un art?culo titulado ?El collar de oro de Mellid., escrito por
el distinguido acad?mico D. Aureliano Fern?ndez Guerra y Orbe, en que con gran copia de
datos se describe.
En el a?o actual, el no menos notable y esclarecido arque?logo y escritor, acad?mico de
la Historia y de la de San Fernando, el Iltmo. Sr. D. Jos? R. M?lida, comprob? la existencia del
referido collar entre las joyas de la Academia, por m?s que en el Cat?logo impreso no figura
ba su procedencia.
A la amabilidad de dicho se?or debo datos acerca de este precioso objeto, que no son
de este lugar; debiendo solamente expresar que, seg?n la muy autorizada opini?n del se?or
M?lida, este torques es c?ltico.
