66 $oletin de la "Real Academia Gallega
TRES LETRAS DE CAMBIO
(SIGLOS XVI, XVII Y XVIII)
(Conclusi?n)
? III
El c?lebre cambista romano Marqu?s de Belloni, en su magn?fica
Disertaci?n sobre la naturaleza y utilidad del Comercio, argumentaba, no
fuera de raz?n, (que no hay pueblo alguno que no se empobrezca con
el ejercicio del comercio pasivo o de importaci?n, llegando a ser v?ctima,
tarde o temprano, de aquellos mismos pueblos que antes se ve?an obli
gados a pagarle el comercio activo o de exportaci?n que hac?a con
ellos, (I).
Galicia, en el siglo xvIIi, verificaba un comercio activo fabuloso:
exportaba entonces el sobrante de sus propias mercader?as ?y de las
mismas que recib?a del extranjero? porque no exist?a ciudad, villa de
m?s o menos importancia, as? como multitud de parroquias rurales, que
no se dedicasen a la fabricaci?n de hilados y curtidos, especialmente.
Las industrias de pa?os, sombreros, jarcia y cordeler?a, jab?n y loza,
hall?banse altamente desarrolladas, inici?ndose por aquellas fechas la
fabricaci?n de papel con lisonjeros ?xitos.
Larruga, en sus Memorias Pol?ticas y Econ?micas (tomo 44, p?gina
298. Madrid, 1798), afirmaba que no hab?a en Espa?a regi?n que, como
Galicia, tuviese m?s industrias de tejidos de lino; y en cuanto al fomento de
la industria pesquera, expresaba que era da m?s importante de Europa,.
El entendido Labrada en su Descripci?n econ?miea del Reino de
Galicia, corroboraba las apreciaciones de aquel famoso escritor.
Ya hemos expuesto que las manufacturas gallegas compet?an con
las similares extranjeras; y de aqu? la extraordinaria preponderancia de
su comercio activo, secuela de la multiplicidad de sus giros que se pro
pagaban en todas las poblaciones de Espa?a y Am?rica, siendo la
Coru?a una de las plazas m?s significadas en este ramo que monopoli
zaban los prestigiosos comerciantes y banqueros Genaro Fontenla,
Pedro M a de Mendinueta, Jer?nimo Hijosa, Benito Agar y tantos otros.
Galicia entonces era grande y respetada porque era industriosa y
(i) Traducida al franc?s y de ?ste al castellano por D. Joseph Labrada, dependiente
del Real Consulado de la Coru?a.?Con licencia en Santiago, por D. Ignacio: Aguayo, a?o de
1788, p?g. 35.