Sección Oficial. Asociación Protectora de la Real Academia Gallega en Buenos Aires. Homenaje en honor de D. Bernardo Rodríguez.
Boletín nº 136 - (REDACCIÓN.)

192 jolettn de la Real ,lcadentia Gallega intelectualidad, as? en lo que se refiere alas Bellas Letras, como en lo, que ata?e a la Historia, a las Cienciasy a las Artes. Procediose, seguidamente a la votaci?n de los Acad?micos de N?mero propuestos Sres. D. David Fern?ndez Di?guez, D. Armando Cotarelo Valledor, D, Antonio Rey Soto, D. Ram?n de Artaza, D. F?lix .Estrada Catoira, D. Fernando Mart?nez Mor?s, D. Francisco Ponte Blanco, D. Evaristo Martelo Paum?n, D. Santiago Tafall Abad, don Julio D?vila Diez, D. Ram?n Cabanillas y D. Ram?n de Arana. Todos los se?ores nombrados obtuvieron un?nimemente los votos de sus compa?eros, excepto el Sr. Mart?nez Mor?s, a quien el Sr. Mart?nez Salazar se abstuvo de votar por tratarse de un hijo suyo. Y por ?ltimo, fu? declarada la vacante de Acad?mico de N?mero por fallecimiento de D. Ram?n Armada Teijeiro. ASOCIACI?N PROTECTORA DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA EN BUENOS AIRES HOMENAJE EN HONOR DE D. BERNARDO RODR?GUEZ Este ilustre conterr?neo, una de las personalidades m?s, presti giosas de la Colonia Gallega en la Argentina, y Presidente de la Asocia ci?n Protectora de la Academia en la capital de dicha rep?blica, h?llase entre nosotros desde el pasado mes de Junio. El Sr. Rodr?guez es un hombre de gran cultura y de sobresalientes m?ritos literarios, que profesa singular cari?o a su tierra, y que siente sinceros entusiasmos por todo lo que puede contribuir al enaltecimiento de Galicia y de los gallegos en el pa?s donde reside y de donde procede. La colectividad gallega tiene en este querido amigo nuestro un gu?a constante, un servidor ferviente y un defensor decidido y valioso. Toda labor redentora de nuestra tierra ha encontrado siempre en el notable literato un apoyo franco y resuelto y una pluma prestigiosa,, propicia en todo momento a rendir pleites?a al engrandecimiento del pa?s natal. D?as antes de su salida de Buenos Aires y, como despedida, fu? obsequiado con un banquete ofrecido por sus admiradores y por los Miembros Correspondientes de la Academia en la gran ciudad bonaerense.