204 3o(et?n d?.(a'Real kkcademia tal(ega
DE POLIMDORE
SOLO DE GAITA
(Continuaci?n)
Pero tornemos ? la genuine y enxebre gaita de fistulas, que parece
ser com?n patrimonio de la mayor parte de las naciones jaf?ticas y fa
vorito de las c?lticas (1), conocida en Asiria y Babilonia, por los he
breos y fenicios, en la India, Persia y Arabia (2).
Puntualicemos que Kaulbach, al representar la dispersi?n de las
gentes, pone en el grupo jaf?tico un tafiedor de gaita.
An?tese la objeci?u de Mild?y lo sigo,ciegamente?de que los
Indos no lehan conocido 6 la han olvidado, puesto que un reyezuelo de
aquel pais mand? ? Edimburgo, en el Ultimo tercio de la pasada cen
turia, por gaitas y gaiteros.
Reiteremos, una vez m?s, el comento del hebraista Viscasillas, de
? que los semitas tornaron la gaita del Asia Menor; y conste, por fin, el
testimoni? de Dezobry (3) al aseverar que en Irlanda y Escocia, seg?n
antiguos poetas (?), ya en el siglo yin la pristina gaita animaba ? los
guerreros (4), aunque Walter Scott la cree posterior al harpa entre los
(1) Mil? y Fontanals, Obras con/plelas, t. V. p?gs. 342, 43 Y 44.
(2) Pedrell, Organografia, p?g. 62.
(3) Dice. de Lie. et Arts.
(4) Clement (His!. de la musique religieuse) y Cesari (Hie. de la m?sica antigua), re
fieren, respectivamente, que las amazonas guerreaban al s?n de las cornamusas y que los
bascos usaban en las luchas la tibia y m?s tarde la gaita y el tamboril.
No cabe duda alguna que la cornamusa fu? y es instrumento tradicional en varios re
gimientos ingleses y nacional entre los escoceses.
La conocida an?cdota de la batalla de Quebec (1760) revela la influencia grande que
en el espiritu militar de las tropas britanas ejerci6 la gaita.
De la gallega, tenemos nosotros tradiciones similares, ver?dicas 6 no, anacr6nica algu
na, como en otra ocasi?n intent? demostrarlo; pero baste ahora ? mi intento citar la
?eira del Puente Sampayo y el llamado Henno de los Literarios, cuya tonada tuvo, ? juicio
de alguien no muy bien informado, eficacia notoria en la derrota de los Mariscales Ney y
Soult.
Del aprecio que goza la gaita entre los soidados gallegos, no ser? preciso demostrarlo.
Como detalle interesante por las circunstancias en que se realiz?, se recoge la infor
maci?n de Castro L6pez (Buenos Aires, 25 de Julio de 1908) relativa al regalo de una gai
ta escocesa al Tercio de Voluntarios de Galicia que pele6 en la defensa de los Quilmes
(1807), en ei virreinato del Plata, contra el ej?rcito invasor de Whitelocke.
Dicha gaita se conservaba como trofeo adquirido de los ingleses, en el a?o anterior,
y por considerarla casi como un instrumento provincial de Galicia,.