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Iib ?poiet(n de la Real %lademia ~iallega
SECCI?N OFICIAL
? NFCRCLOG~?A.
D. RAM?N P?REZ COSTALES
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De nuevo nos vemos. obligados ? enlutar las p?ginas de nuestro
BOLET?N.
jRam?n P?rez Cost?les ha muerto! El cumplido caballero, el inta
chable ciudadano, el prestigioso hombre p?blico, ha desaparecido de
entre nosotros, a as su memoria sera, tan grata como indeleble en el
seno de la Real Academia Gallega, por las predilecciones que con ella
tuvo, por los vastos conocimientos que adornaban su , poderosa inteli
gencia, por el alto puesto que ocup? en el Gobierno de la Naci?n y
por las grandes y merecidas simpat?as de que goz? en vida y le hicie
ron respetado de todos.
Fu? el primer() en la Coru?a, que con aquel gran entusiasmo que
sent?a por la cultura del pals galiego, intent? crear una Academia en
que las m?s importantes manifestaciones del esp?ritu humano, hallasen
carifios?simo asilo y amplio campo en que moverse y vivir la activa
vida de la ciencia, de la literatura y de las bellas artes actuales.
Para ello crey? necesario la creaci?n de tan importante organis
mo, llegando en su af?n de constituirlo, hasta la noble satisfacci?n de
verlo ?reado. Los hados no le fueron propicios, y casi coincidi? su es
tablecimiento'con su desaparici?n.
? El esfuerzo fu? digit() de aplauso y no se lo negaron, cuantos
sienten 'por la extensi?n de los conocimientos humanos, una noble, una
santa predilecci?n. No podia por lo tanto la Real Academia Gallega,
pasarlo en olvido; un' deber de conciencia le obligaba ? recordar su
empresa y enorgullecerse, nombr?ndole Acad?mico de Honor, pag?n
dole en cuanto ? ella correspond?a, la deuda que Galicia ten?a con el.
Agradecido, y como hombre de gran coraz?n que era, ? su lado se puso
con alma y pensamiento, mientras goz? vida entera y siempre con sus
simpat?as y con su amor.
Habiendo ya ?l satisfecho la deuda que todos habremos de rendir,
no nos resta m?s en este inomento que lamentar su eterna ausencia, y
con Galicia y con su atribulada farnilia, rendirle aqu? el tributo de
nuestra estimaci?n, de nuestra gratitud y de aquella sincera amistad
con que nos distingu?a y ? la cual correspond?amos.