BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA 375
volvi? con Cambridge a Inglaterra, lo cual fu? un paso m?s
dado para unirse al bando castellano en Portugal. Por esta
raz?n no debemos suponer que ?el Se?or de Espa?a? hu
biese experimentado ning?n resentimiento contra el Maestre
de Avis, por el asesinato de quien en un tiempo hab?a sido un
tal servicial miembro de la Casa (le Lanc?ster.
Oxford, 1936. P. E. RUSELL.,
GALLEGOS EN LA CORTE DE PORTUGAL A TRAV?S
DE LAS LETRAS LUSITANAS
En aquellos tiempos esplendorosos de nuestra Galicia,
cuando los magnates gallegos influ?an con su poder y su pres
tigio en los destinos de Espa?a, como influ?an en buena parte
de la Pen?nsula la poes?a, el arte y la misma lengua del anti
guo reino, son varios los pasajes de la historia de Portugal en
que figuran, tambi?n (le un modo destacado, algunos perso
najesde nuestra regi?n..
Portugal, trozo ?tnico segregado de Galicia, quiz? para
dividir un poder?o que atemorizaba un poco a nacientes rei
nos peninsulares, fu? apart?ndose espiritual y pol?ticamente,
con un ardiente y firme deseo de independencia, de su horno
g?neo galaico, mientras ?ste permanec?a unido al poder real
castellano.
Criados en Galicia, al amparo de los pr?ceres gallegos,
los pr?ncipes que luego ocupaban el trono de Le?n o de Cas
tilla, reinos creados por la necesidad de la guerra que impo
n?a una mayor proximidad a los campos de batalla contra los
sarracenos, ten?an frecuentemente consigo aquellos maestros
y consejeros que les hab?an visto crecer; que les guiaron en
sus primeros pasos y armaron con las primeras armas. La
t comunidad de idioma y la consanguinidad llevaba tambi?n a
la corte portuguesa algunos de estos h?mbres cuya riqueza,
poder y sapiencia en cosas de guerra y de gobierno eran
patentes.
Y como en la historia, en las letras lusitanas se reflejan
estos valores gallegos, aun cuando, a veces, desfigurados para