264 Doletln de la Real Academia Gallega
sagrada, por retener en sn poder dos de las cuatro c?tedras oficiales
que entonces hab?a en la Universidad. De esas dos c?tedras una era
de oposici?n, la cual estuvo ocupada durante cuatro quintas partes del
siglo xvir por religiosos benedictinos, y la otra fu? fundada expresa
mente para ellos.
Desglosando de un trabajo de conjunto, pr?ximo a publicarse,
sobre la Facultad. de Teologia en la Universidad de Santiago la parte
que en ella tuvieron los benedictinos, haremos aqu? una breve resefia
de los miembros de este instituto que ocuparon alguna de las c?tedras
de oposici?n y de los que durarite cerca de dos siglos desempe?aron
la c?tedra de prima de Santo Tom?s fundada para ellos por el Obispo
fray Diego de Hevia.
I ?
REGENTES BENEDICTINOS QUE TUVIERON C?TEDRAS
DE CONSTITUOI?N
En la Universidad de Santiago, seg?n las constituciones, deb?a
explicarse la Teolog?a por la Suma de Santo Tom?s distribu?da entre
dos catedr?ticos que la recorr?an ?ntegra durante un cuadrienio. Un
tercer catedr?tico, el lectoral, explicaba la Sagrada Escritura y a veces
la Teolog?a moral adaptada a la pr?ctica parroquial. Los dos catedr?ti
cos que explicaban la Sutna obten?an sus c?tedras por un cuadrienio
mediante oposici?n y votaci?n del Claustro. Terminado el cuadrienio
se vacaba la c?tedra y se anunciaba nueva oposici?n, como se hac?a on
Alcal?, de donde se tom? la norma para esta Universidad.
En la lista de profesores que ocuparon esas c?tedras de oposici?n
figural' los siguientes benedictinos:
1.0 P. Antonio Cornejo: 15571601. ? Entr? a suceder al Doctor
Antonio Patin() el 10 de junio de 1597 llevando la c?tedra por treinta
y tres votos contra once que tuvo el Doctor Gaspar Bermejo. La
regent? solamente durante un cuadrienio, terminado el cual se ausent6
temporalmente de Santiago, regresando luego a su monasterio de San
Martin, donde ten?a el cargo de Abad.
En a?os sucesivos sirvib a la Universidad en distintos ministe
rios. En 1611 se le encomend? que gestionase en Madrid el envio de
un visitador para reformar algunas constituciones. Despu?s se le
hicieron otras encomiendas, por cuyos trabajos se le mand? dar en
1612 setecientos ducados. Vivia a?n en 1616.
Fu? ac?rrimo defensor de la doctrina de Santo Tom?s, sobre todo