MANUEL MURGUÍA
acto en un ambiente así, de serenidad y paz para el espíritu; en íntima comunión del arte y la cultura. Subrayó la necesidad de un efectivo auxilio e c o n ó m i c o p o r p a r t e d e l a s C o r p o r a c i o n e s g a l l egas para que la Real Academia pueda reanudar sus interrumpidas publicaciones y cumplir con c i e r t a h o l g u r a s u s f i n e s c o m o s o n l a s i n v e s t i g aciones de arte, científicas y arqueológicas, la compra y catalogación de libros y el ensanche, en fin, de los medios de trabajo en mejor servicio y dentro siempre del más acendrado culto a España. Saludó a las damas que con su presencia realzaban la solemnidad, dio gracias a cuantos a ella se asocian y desde luego al Excmo. Sr. Ministro de Educación Nacional cuya representación, profundamente estimada, ostentaba el Sr. Rector. (Fue aplaudidísimo).
289
Este anunció que se iba a proceder a la imposición simbólica de las correspondientes medallas a los académicos y el Sr. Casás colocó una al Sr. Bouza Brey en representación de todos los demás allí reunidos; tras de lo cual el Ilmo. Sr. Rector puso fin al acto con un breve y adecuadísimo discurso congratulándose de la importante Sesión y estimulando a la Academia y a sus componentes a preservar en la trascendente labor emprendida y trabajar conjuntamente en celosa labor unificada en eso de la cultura regional y nacional. También una calurosa ovación premió estas palabras. Paréceme que o discurso de Casás é a estampa máis fiel daquel tristísimo momento, que, máis ou menos inda lembramos. É curioso que Rey Soto non mandase o discurso. Antonio Fraguas Fraguas