366 Bolet?n de la "Real $cademia Gallega
Este acto ?a?adi? demuestra que Galicia sabe honrar la memoria
de sus hijos preclaros, al propio tiempo que sirve de lecci?n perenne para
las generaciones futuras.
Termin? pidiendo a todos una oraci?n por el gran poeta fallecido.
El propio Alcalde ley? despu?s unas cuartillas del hijo de Curros, a
quien el p?blico tribut? una ovaci?n y seguidamente habl? el Sr. Coll
haciendo resaltar la figura de D. Nicol?s Mar?a del Rivero, fundador del
Diario de la Marina; y de Curros Enr?quez, el insigne poeta, unido a aqu?l
por v?nculos de compa?erismo y de afecto. Termin? con estas palabras:
?Y en nombre del director del Diario de la Marina, el Dr. D. Jos?
Rivero, que ha heredado de su ilustre progenitor sus bondades y el genio
period?stico, y del Excelent?simo Conde del Rivero, heredero de la noble
za y de la sangre de aquel gran hombre, y en el m?o y de todos mis
compa?eros de redacci?n del Diario, deposito aqu? esta modesta ofrenda
floral. ?lla se marchitar? pronto, pero por un momento dar? vida a lo
invisible, a la veneraci?n, al respeto que a todos inspira el recuerdo del
gran escritor que laborara donde nosotros laboramos.
?La Coru?a est? de pl?cemes. Hoy, como lo ha hecho siempre y
siempre lo har? en casos parecidos, rinde tributo a uno de sus grandes
hijos: uno m?s de la legi?n de ilustres gallegos, honra de las ciencias, las
artes y las letras con que, pr?diga esta tierra bendita, regala para su mayor
gloria, constantemente a la patria.?
Ocupa despu?s la tribuna el concejal de la Habana, Sr. Lugo Vi?a,
quien, con vibrante voz, dijo, que la gloria de Curros es la gloria de
todos los gallegos y de cuantos aun no habiendo nacido en Galicia, go
zaron la dicha de comprender las admirables triadas de ?O. Divino Saine
te?, que tienen el ritmo suave y el tono dulce de la gaita y de las can
ciones populares de esta regi?n, terminando con este elocuentisimo
p?rrafo:
?Yo s?lo quiero pedir en este acto vuestra ofrenda; por eso me
dirijo a vos, D. Mariano Fern?ndez, compa?ero nuestro, concejal del
Ayuntamiento de la Habana, que ser?is el primero en llegar de retorno
a nuestra Cuba querida. Cuando vos os present?is en aquel Concejo mu
nicipal, pedid para esa primera piedra, otras piedras para el monumento
del poeta admirable, pedidlas, que el Concejo municipal de la Habana las
debe a su gloria. Ya la Coru?a ha rendido su ofrenda, en nombre de Ga
licia entera; ya el Diario de la Marina ha depositado sus flores, y falta, se
?ores, la ofrenda integral de la ciudad de la Habana, donde el poeta vivi?,
sufri? y muri?, y en su ?ltimo momento pareci? como si estuviera reci