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BOLET?N DE .LA REAL ACADEMIA GALLEGA 7
Al pie de la elevaci?n, todo en torna, corre un camino de carro
para las fincas vecinas que p?r apoyarse en el castro, y en un muro
de separaci?n de aqu?llas da idea de un camino cubierto de la es
, ?rategia' castre?a. '. En el foso conservado hacia el N. E. se abre ?
una cueva estrecha que avanza subterr?nea hacia el interior del
castro, cegada de maleza.
Es curiosa la toponimia de las tierras inmediatas. Por de
' pronto interesa la denominaci?n de ?Eira dos Mouros ) que da el
? vecindario a la meseta del monumento. Las fincas sitas por el
Norte, rodeando el castro, se denominan en conjunto ? Castro Lou
renzo?, apesar de que ning?n resto constructivo se advierte en la
? superficie. Est?n dedicadas a prader?as. De ellas las m?s pr?xi
as se denominan ?Castro de Arriba ?, y ? Castro de Abaixo r las
m?s lejanas. En cambio; hacia el Este son conocidas por ?Socas
tro' estas tierras del pie. Decimos que resulta curiosa esta topo,
nimia, porque presenta cierta variedad dentro. del onom?stico de
los castros, faltando tan s?lo las denominaciones de ?trascastro'
y ?cabicastro?, que aparecen sustituidas por las expresiones ?de
Abajo? y ?de Arriba?, y los derivados del diminutivo castriculus
? castrigo? y ? castrelo ?, de los que hemos hablado en ocasi?n re
ciente (1).
El emplazamiento del castro ha sido cuidadosamente escogido
aprovechando una elevaci?n natural, y no le faltar?an aguas en su
aprovisionamiento durante los d?as de asedio, dado que por la parte
del S. O. le pasa el r?o de la Bayuca y por el Norte le rodea el re
gato de Fontefr?a.
El folklore cuenta que el castro fu? hecho < por los moros?,
seres m?ticos en realidad, pues su personalidad verdadera se en
cuentra en las razas primitivas, sustituidas en la memoria popular
por otras hist?ricas, que otras informaciones denominan ?roma ' ?
nos?, ?franceses: o ?carlistas?, como es sabido.
Tambi?n se refiere que un individuo de la parroquia ha tra?do
del Brasil un libro de San Cipriano y que en ?l le?ase que en la
capilla de Las Quintas, donde pon?a sus pies el cura, hab?a dos Gajo
nes con piedra machacada y debajo de ?stos uno de oro. Las indi
caciones del ?Ciprianillo ' han llevado a su due?o a excavar, con
otros, en la Fonte Encalada, del lugar de Monteagudo, donde se ?
acusaba la existencia de una pila con las alhajas de un rey moro.
(1) F. BouzA?? BiEY: Castras de la Comarca Compostelana. Archivo
Esp. de Arqueolog?a, Madrid, 1941.