54 Dolettn de la Real ylcademia C5aliega
juegos, etc., que tan en boga estuvieron en la Iglesia y quo siguic
ron sucedi?ndose en nuestra Catedral, en las principales solemnida
des, hasia ?ltimos del siglo xviu, eonio luego veremos, si bien en
este siglo con catheter rn?s profano, cjccut?ndose fuera del tempi?,
bien en el claustro o tambi?n en la plaza de las Plater?as. Nada
se conserva que nos d? a conocer el asunto, m?sica, etc., de estos
primeros regocijos o representaciones; de los de ?poca rn?s cerca
na a nosotros hablar? en su lugar.
Como es sabido, consist?an estos regocijos en el canto de vi
llancicos con el texto bien tornado de la Sagrada Escritura, o tam
bi?n en composiciones hechas en lengua vulgar, todo ello con alu
siones a la fiesta que se celebraba; poco a poco fueron desarro
llando su acci?n estas representaciones hasta llegar a los famosos. ?
Autos Sacramentales. Ann se conservan en algunas iglesias de
Espana, en Valencia y Cataluna sobre todo, la costurnbre de cele
brar algunas de estas representaciones el d?a de la Asunci?n de la
Virgen y en otras fiestas; y como restos venerandos de los anti
guos misterios, puede considerarse el canto de la Pasi?n, en que
se reparte el di?logo entre los tres sacerdotes, los ni?os de coro y
el coro de voces llamado Turba, para lo cual casi todos los poli
fonistas han compuesto m?sica apropiada. Tambi?n debe recordar
se el canto de las palabras de Maria Magdalena en la Secuencia de
Resurrecci?n, que suele hacerlo un tiple; y aun en tiempos relati
vamente cercanos al nuestro, cantaban, en nuestra Catedral, el d?a
de Resurrecci?n, tres ninos vestidos de ?ngeles, unos versiculos
alusivos a la fiesta. Juan de Encina y Gil Vicente, d ice Pedrell,
son los autores espa?oles m?s antiguos de este g?nero de composi
clones, desde 1504 a 1534.
(Continuar?).
?
?