FDoletin de la;F~eal }lcademia Gallega 159
que quien tales finalidades persigue, no pod?a ostentar mejor ejecuto
ria pura 'organizar esta velada; y conforta el ?nimo pensar con cuanta
fidelidad cumple sus deberes, cantando alabanzas, primero al eterno
enamorado de nuestras r?as, de?nuestros valles y de nuestro cielo azul,
al gran Curros, y por ?ltimo al que ha sabido brillar con luz potente
entre los grandes por el saber, como poeta, como fil?sofo, como esta
dista y como gobernante, al coloso de la inteligencia, al insigne rep?
blico D. Nicomedes Pastor D?az.
Si la Asociaci?n Iniciadora de la Real Academia, no hubiera reali
zado m?s obra que la que contemplan nuestros ojos, con que esta fuera:
la primera vez que ha logrado ;reunir ? un p?blico tan selecto como
numeroso de nuestra colonia, principalmente con una misi?n enaltece ?
dora, en qu? no hay luchas ni discrepancias, en que los corazones laten
(al un?sono; con esto s?lo habr?a realizado un acto de inapreciable valor,
de moralidad y de cultura, porque estas fiestas de la inteligencia, estas
espl?ndidas veladas, elevan el coraz?n, ennoblecen el esp?ritu, hacen
bien al alma, suavizan las costumbres, cambian el ardor belicoso, ? ins
piran esos sentimientos de tolerancia y esos h?bitos de dulzura' m?s
necesarios que nunca en los tiempos que alcanzamos de pasiones con
' movidas y de tendencias encontradas. Felicitemos, pues, pOr sus pro
vechosas iniciativas, ? los Directores de esta Asociaci?n, y hagamos
votos fervientes porque estas fiestas sustituyan ? aquellas otras desa
rrolladas en este propio local, que m?s que luchas de hermanos parec?an
conglomerado de insconscientes, de enemigos irreconciliables, que'no
elevan, pero que deprimen por impericia, por intransigencia ? por
ambas cosas ? la vez.
Perdonadme esta peque?a digresi?n: ten?a deseos de conversar un,
' rato con mi ,p?blico y de buen grado hubiera continuado tratando de
estas cuestiones que llamar?amos de orden social, particular?simo,,si el
respeto y la disciplina que debo ? mis superiores no reclamaran mi
atenci?n por muy distinta senda. Tengo el encargo, por mi irreveren
temente aceptado, de decir algo en recuerdo al nombre glorioso de don:
Niconedes Pastor D?az, y comprendiendo que el pigmeo no puede ele
varse ? las alturas del ?guila, que mi pobre y'fr?a palabra no' ser?
capaz de pintar, siquiera sea con pincel de inexperto principiante, la
inmensa obra, tan grande como enaltecedora para Espa?a y para
Galicia, realizada por nuestro Pastor D?az, no parecer? extra?o que
ofrezca molestar s?lo por breves instantes vuestra atenci?n, ya que
nada nuevo puedo decir, de quien, por su fecunda labor, por los d?as
de gloria que ha proporcionado ? nuestra querida Galicia, vive y per