BOLETIN DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA 293
montorio donde la fenicia torre se ` yergue impo
nente, justificando sit dictado de centinela de los
mares" (23).
La Pard?. Baz?n se introduce a Si., .misma en el relato.
"Seg?n adelant mos por esta calle..." (24).
Pero las precisiones topogr?ficas cairsan algurias veces''al
lector por su abundancia.
En Do?la Milagros nos suminislra los ?ltimos detalles sobx+e
la fisonom?a de La Coru?a. Se refieren en particular al P?ramo
(le Solares donde el infeliz hidalgo arruinado Benicio Neira, con
sir farnilia de diez hijos, establece sus pe?ates: incapaz de opo
? ' erse al deseo de sus 'hijas, alquila 'rrna vivienda cerca del ba
rrio conrercial en lugar de al?jar a sir familia en el barrio arts
t?cr?tico.
B?nicio' Neira ` pre?cupado poi la c?esti?n del aloj?iniento
describe minuciosamenle las casas ` barrocas ?'que ocupan" dos
partes de este "desierto' de, piedras", casas para las cuales el
confort se ha desc?idad? enproveclio de brichos y adornos de
Ira co[ilia (23).
En esta novela todav?a la Condesa vuelve a .recordar la f?
riebre originalidad del camino de la Torre y del cementerio (26).
Estos lugareshab?animpresionado lanto a nuestra gallega
escritora que los evoca nu?va iiente en el cuento Las tapias . del
Camposanto.
Tcriemos, plies, a' trav?s de las ? novel?s de Marineda una vi
si?n precisa del aspect() f?sico de La Coru?a, quo llega a impo
?terse a nuestra mente lanto como a. In de los protagonistas.
JosETTI; IEVI (4'\
(Continuarti)
(23) Ag., I. 1I, 1r1?r. 103.
(24) kg.. I. 11, 1211g 335.
(25) kg., t. 11, plig. 419.
(26) kg., t. I1. 161g. 162.
(?) 1'ersit n e.Oafinla de Leandro Carr?.
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