BOLETIN DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA 91
s? M.' Abalo Abad, Monteagudo, Villanueva y el que estas l?neas
escribe, todos los alumnos de distintos grados en la citada Escuela
de Comercio.
Pap? Carr?, como llam?bamos a D. Eugenio, supo con su ca
Meter bombadoso, animarnos en nuestra labor as? c?mo :mante
ner el esp?ritu familiar y conciliador en cuantos le rodeaban,
granje?ndose, por lo tanto, generales "simpat?as.
A ello contribu?a tambi?n la presencia, algunas veces, de su
esposa D.' Pura, santa mujer, nuestra protectora en toda aven=
tura honesta, con indulgenc?a maternal.
Just?simo es el homenaje que se ofrcce a D. Eugenio, a quien
las letras gellegas son deudoras de toda distinci?n, por su po
sitiva labor en el orden cultural, hom?naje'al que nos asociamos,
con nuestro emotivo recuerdo de aquella "Cueva C?ltica", donde
una nueva aurora alboreab?, oreando riuestras frentes y nues
tros corazones con su franca brisa y un claro resplandor.
MANUEL VAZQUEZ SEIJAS
/i