90 BOLETIN DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
bien, ajenos a que algunos a?os despu?s, la implacable muerte
nos lo arrebatara, tronchando una vida prometedora y ejemplar.
El mutuo afecto que nos profes?bamos' fue, en ?l, acicate para
que; juntos, 'prepar?semos nuestras lecciones en la trastienda
de la :librer?a, teniendo como angel tutelar ;a D. Eugenio, con el
cari?o de toda su familia, que jam?s puedo olvidar.:
La librer?a Carr? fue, m?s que tin comercio de libros, un tem
ple de 'saber,'Ilumnado con la presencia ; de ilustres figuras de
;? las tetras, de las artes, de la arqueologia, de la historia, un buen
ri?mero de ellos asiduos concurrentes en las horns libr?sf de sus
quehaceres, nombres del perfil de Eduardo Pondal Abente, el
vate miguelangelesco de la Galicia' c?ltica; Manuel M. ,Murg??,
el historiad?rvanguardista de las glorias regionales; Paco .Tet
tamancy; ' Lugris Freire;' Galo ' Salinas; los respetables ` respe
t?d?s ' escritores Martinez' Salazar, Eladio Rodriguez Gonzalez,
Florencio Vaamonde Lores; Salvador Golpe; Estrada Catoira....
Lo m?s granad? de la intelectu?lidad de Galicia que'no ten?a
su habitual residencia en La Comilla, no dejaba de bacer su acos
tumbrada visita a la librer?a con ocasi?n de cualq?ier viaje a la
ciudad,'seguros de q?e alh? ?nc?ntrabari amplia informaci?n bi
bliogr?fica de publicaciones naciona es y extranjeras, libros
reci?n llegados que pasaban a incrementar'sus particulares bi
bliotecas, todo dentro de un palpitante ambiente cultural.
Citaremos los nombres de algunos de ellos, los que en el mo
mento ` de redactar estas l?neas` acuden a ? nuestra ` memoria : Amor
Meil?n, Varela Lenzano, Castro Sampedro, Rodriguez L?pez, Ar
turo Vazquez, Vega Blanco, Leandro Saralegui, Ram?n''Cabani
Ilas, Martinez Risco, Otero Pedrayo, Sofia Casanova, Noriega Va
rela, Lago Gonz?lez, P?rez Constanti,:Barcia Caballero, Emia.Cale,
Lamas Carvajal, Emilia Pardo Baz?n, Leiras Pulpeiro, Marcelo
Macias, L?pez Ferreiro, Filomena Dato Muruais, Ballet Fontela,
Salvador Cabeza de Le?n, Federico Maci?eira, ?que eran tambi?n
portadores de nuevas a este cen?culo, ` al cual nosotros, la mu
chachada de entonces, mir?bamos y admir?bamos con respetuo
so silencio, escuchando sus doctas charlas con envidiosa corn
placencia, con apostillas al margen, sin posible beligerancia, en
el corro doctoral.
En este concepto, con los hijos de D. Eugenio, nos hall?bamos
Angel del Castillo, Arturo Senra, Fernando Martinez Mor?s, .Jot