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el centro como los costados, viendo el ardor con que acomet?an las
tropas y el ?cierto con que los jefes y oficiales desempefiaban su deber
arrollando al enemigo, que precipitadamente hula, en tal conformidad
que en pocas horas me puse con la divisi?n a media legua de las mu
rallas de Lugo, tomando la altura de la G?udara, en donde, replegada
la divisi?n, hizo alto para refrescar y tomar descanso, aguardando a
las otras divisiones que venfan inmediatas.
? El enemig? tom? posesi?n en otra altura pr?xima, y asf me
mantuve hasta que ?leg? la primera divisi?n, que se coloc? en el cen
tro, y a la derecha la vanguardia y caballer?a, y llegando V. E. con el
Mayor general y dem?s oficiales del Estado mayor, tomamos la posi
ci?n que se nos ha prevenido a las divisiones, formando dos batallas
? con sus columnas cada divisi?n, avanzando partidas de guerrilla, cu
bri?ndose los flancos por tropas ligeras y tiradores; y roto el fuego por
la artillerfa de los enemigos (de calibre de a 6) que tenfan oculta,
correspondi? el de la nuestra (que era de a 3) dirigida con mucho
acierto y viveza por los oficiales de artillerfa Mun?rriz, Saravia, Za
randia, Barco, y otro que nombrar? en sabiendo su uombre, o apellido;
de suede que aunque dicho fuego, que muy vivo haclan los enemigos,
sembraba de bajas nuestras columnas, como que una mat? al teniente
coronel de Le?n, tnanifest? nuestra tropa mucha firmeza y constancia,
ofendiendo notablemente al enemigo el fuego de las tropas ligeras,
tiradores y guerrillas, como V. E. reconoci?, animando con sus acla
maciones a la tropa, la que correspondfa victoreando a V. E.; y luego
que di? la orden V. E. de que avanz?semos, poni?ndose al frente con
el Mayor general y dem?s de su Estado, sin detenernos, desplegando
las banderas con las rn?sicas y tambores, marchando al frente con el
mejor orden, siguiendo las batallas y columnas a V. E. y a los genera
les de ellas; y la caballerfa que manda el brigadier D. Juan Caro, aco
. metiendo a galope se logr? desordenar y poner en huida al enemigo
hasta las puertas de Lugo, con mocha p?rdida de su parte, encerr?n
dose precipitadamente en dicha ciudad, por no tener los vecinos la pre
cauci?n de cerrar las puertas, con sentimiento de nuestras tropas que a
votes ped?an escalas para subir la muralla, seg?n V. E. experiment? (1).
? EI ayudante general D. Francisco Losada, as? el primer dfa como
el segundo, activ? la colocaci?n de las tropas, y aunque el caballo le
arroj?, espantado del fuego, sigui? a pie con la misma actividad, des
(r) De intento he subrayado estas palabras, porque ellas dieron motivo a la extensa
y razonada protesta del Ayuntamiento de Lugo que se publica m?s adelante.