356 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
dade dos dem?is sientimeintos e por ise camino coc?is cheguemos a
comprendelo?.
No es f?cil acompa?ar al autor en su dif?cil investigaci?n me
taf?sica, pero bien merece dedicarse alguna ' atenci?n a este nuevo
aspecto de la saudade,' concebida en tan amplio car?cter.
Revisemos las interesantes p?ginas de uno de nuestros m?s
significados escritores gallegos, el inolvidable Alvaro de las Casas,
en su pr?logo a la Antolog?a de la L?rica Portuguesa.
Hace un r?pido pero importante resumen de antecedentes re
lacionados con la literatura portuguesa desde sus comienzos con
la monarqu?a lusitana, citando las leyendas comprendidas en los
ciclos carolingio, bret?n, grecolatino, ` y el llamado de 'Amadisis,
penetrando en el espl?ndido siglo XVI, el siglo rom?ntico por exce
lencia, en el cual culmina la silueta adorable del infeliz rey don
Sebasti?n que muri?
tendo sempre na memoria
o que lhe o seu esfor?o promet?a.
La poes?a de esta ?poca se divide en ?pica, l?rica y dram?
tica. Al frente de la primera va escrito el nombre inmortal de
Camoens; en la poes?a l?rica Bernardino Ribeiro ?14821552;
la poes?a dram?tica casi puede resumirse en . Gil Vicente ?1470
1540?, el Planto portugu?s que constituy? escuela.
El siglo XVII se caracteriza en la literatura portuguesa por una
poderosa influencia de Espa?a. El siglo XVIII el siglo de don Ra
m?n de la Cruz y de Fontainebleau y del cadalso de Luis XVI, el
siglo de la Francia multicolor... ?Siglo inolvidable 'de Schiller y
Mir?beau !
El siglo XIX ?el de: Espronceda y B?cquer, el de Lamartine y
Alfredo de Vigny, el de Niestche y Schelling, el de Byron y Car
lyle, el de Sienkievicz y Andersen?, produce tres movimientos po?
ticos esenciales: el rom?ntico, el pesimista y el filos?fico.
Entre rom?nticos y pesimistas oscila en todo el pasado siglo
la' poes?a del pa?s hermano. Y seguidamente desfilan los nombres
m?s prestigiosos de la literatura portuguesa.
Pero lo que realmente ofrece , un mayor y especial inter?s es
la Antolog?a de la L?rica Portuguesa, donde aparece el texto tra
ducido de los que podemos titular progenitores y maestros de las le
tras lusitanas; y en algunas de las versiones se ofrece la firma de
nuestro ilustre conterr?neo Alvaro de las Casas.