BOLET?N DE LA. REAL ACADEMIA GALLEGA 243
,siempre que ,cuando ,hay ,alguna posibilidad ...procura llegar
a ,ella y?dominarla.
,;,La delicadezas el sentimiento, el contraste de la trage
dia con la placidez aparente de la, vida, el dolor expuesto
.en;;un .ropaje, de, arte que le envuelve, y se, aprecia en
determinados romances y consejas, indican bien claramente
,su procedencia gallega tan contraria a ,la rudeza castellana
que raramente florec?a en ternezas art?sticas.
;; ;. i, Portugal y Galicia, que fueron en un principio ;un solo
reino y una, sola nacionalidad, a?n, hoy est?n unidos por un
idioma ,y, ;unan costumbres que se diferencian en `pocos, deta
lles. No ,es extra?o, pues, . que en Portugal y en Galicia, en
las ,reuniones de los campesinos en noches ; invernales, o en
las, de ; ciertos trabajos que se efect?an en, com?n, se re
laten los mismos , cuentos populares y se reciten id?nti
cos romances.
Recientemente, en un magn?fico trabajo del notable etn?
grafo portugu?s Augusto Cesar Pires de Lima (Porto, .1948.)
hemos visto reproducidos los romances. Dona Silvana, Rosa
y O cego, de los m?s corrientes en Galicia. Dona Silvana
figuraba ,tambi?n en el interesant?simo ?Romanceiro Minho
to?,;,publicado por Joaqu?n Alberto Pires de Lima y Fer
nando de. Castro Pires de Lima (nuestro buen amigo), as?
como O cego y A pastorinha. Este ?ltimo tambi?n es co
nocido en Galicia con el nombre de Rufina o Rufini?a. Igual
mente se recitan en Portugal y Galicia el de Brancafror,
Soldado que vai pr'a guerra, y otros. Muchos m?s segura
mente, de los cuales queda el recuerdo de sus t?tulos, se han
perdido por no haberse recogido oportunamente, y si tene
mos en cuenta la afinidad del cancionero popular y de los
cuentos (As tres maz?ns d'ouro ou a fror do lirolal, A infe
liz desditosa, O canto das artes diab?licas, recogidos por
Trindade Coelho, los hemos o?do tambi?n referir en San
Xi?n de Sergude, Ayuntamiento de Carral, en nuestra ni?ez,
y los recordamos perfectamente, as? como el de Os tres
irm?ns, O matalobos, y otros que tenemos recogidos), no es
desaventurado suponer que gran parte de los romances ga
llegos se recitan o recitaban igualmente en Portugal. No
puede pues considerarse como fruto de una reciente traduc
ci?n gallega la existencia en nuestra tierra de aquellos ro