BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA Y 13
En una iglesia rom?nica leonesa se ver?, analiz?ndola en ,
? conjunto exteriormente : un cuerpo rectangular, del que se
destacan sendos contrafuertes que sirven de contrarresto a
los arcos cinchos de la b?veda; portada casi siempre late
ral y sencilla; canecillos de figuras varias sosteniendo el ale
ro del tejado, y ?bside semicircular, precedido, en muchos
casos, de otro peque?o tramo rectangular, m?s estrecho que
la nave.
Veamos ahora una de tipo gallego : cuerpo rectangular,
sin contrafuertes; portada a los pies; alero sostenido por ar
quillos o modillones, y ?bside cuadrado m?s estrecho que
la nave y con' contrafuertes, saliendo a escuadra de los muros
laterales, simulando los ?ltimos una continuaci?n de la pa
red que sirve de cabecera.
Si tan sumamente marcadas se hallan las diferencias en
tre lo rom?nico" gallego y leon?s, en lo que a obras arquitec
t?nicas se refiere, no menos precisas se muestran en la labor
ornamental.
Influye en ello, de un modo especial?simo, el material
constructivo empleado. Mientras que los canteros gallegos
tuvieron que desbastar sillares gran?ticos de grano grueso y
de gran. dureza, los leoneses ten?an a mano caliza fina y be
llos m?rmoles; de ah? que las obras gallegas ?excepci?n he
cha del P?rtico de la Gloria, de Santiago? tengan una apa
riencia de tosquedad, comparadas con las delicadas tallas
leonesas. Pero dicho sea con imparcialidad, lo rudo de las
esculturas gran?ticas de la escuela gallega tiene una belleza
extraordinaria, por aparecer los conjuntos m?s en?rgicos y
dar la sensaci?n de obras bocetadas simplemente por una ?
mano genial.
Adem?s de las diversas caracter?sticas que dan a conocer
fueron distintos los mazoneros de Galicia a los de Le?n, hay
un detalle muy significativo que lo confirma, y es la escasa
identidad de las marcas lapidarias, tan abundantes en todas
las construcciones levantadas entre los siglos xi al xvi.
Los canteros gallegos dejaron sus signos en' los sillares
& d?ndoles unos tama?os tan enormes que, en su mayor?a, ocu
I pan toda la piedra donde han sido hechas, oscilando su tama
?o en unos treinta cent?metros; mientras que los que trabaja
ron en la provincia de Le?n los hicieron en tama?o menor,