so DoLetin de ta Real 7tc?demia Sallega
Pero Verm?dez el Viejo. Despu?s el arzobispo la hizo reparar al Con
cejo de Caldas, en cuya reparaci?n trabaj? este mismo testigo. M?s
tarde la repararon mejor Alonso Grai?a, Gregorio Reino y Juan de
Caldas, suponemos que fuesen merinos de la misma torre, aunque el
testigo no lo dice. Y suponemos tambi?n que estas ?ltimas reparacio
nes se llevaron a cabo en tiempo de Fonseca, el. Patriarca, y as? lo
dice otro testigo, Juan Carballi?o, de Caldas (1).
Esta torre estaba al lado del puente viejo de Caldas, a la derecha
marchando a Pontevedra. Un hombre benem?rito de Caldas, don
Laureano Salgado, tuvo la mala ocurrencia de destruirla a fin de apro
vechar la piedra (bien poca cosa) para la obra de la nueva iglesia que
61 mismo dirigi6. Le perdonaremos este mal hecho en atenci?n a
haber conservado las ventanas caladas, hermosisimas, a los dos lados
del ?bside de la iglesia.
La torre de que venimos ocup?ndonos se llamaba de D.a Urraca
y la raz?n de esto es un hecho hist?rico en parte y en parte no proba
do, que los lectores del BoLET?N conocen perfectamente y nos exime
esto de relatarlo aqu?, con objeto de abreviar estas descripciones.
Santiago, Marzo 1926. Jost OoUsEL0.
ESTUDIO BIOBIBLIOGR?FICOCR?TICO ACERCA DE ROSAL?A OE CASTRO
(SU VIDA Y SU OBRA)
LA VIDA DE ROSALIA
Para D. Manuel Cas?s Fern?ndez,
por la gran devoci?n que guarda a la
santa memoria de tan insigne gallega.
I
cCuando la v? encerrada en las cuatro tablas que a todos nos
'esperan, exclam?: lDescansa al fin, pobre alma atormentada, t? que
'has sufrido tanto en este mundol'
Estas sentidas frases, exclamaci?n salida de lo ?ntimo, respondien
do a la emoci?n del momento, conque el ilustre Murgu?a, su compaiiero
en las jornadas de la vida, abre las ?ureas p?ginas de En las orillas
(r) Proc. 404405808, etc.