BOLETÍN DA REAL ACADEMIA GALEGA
Manuel Curros Enríquez
acosando a felones y tiranos, que tienen yerta y corrompida el alma por el cieno ruin de sus soberbias; y sería para ti más que un monarca cualquier labriego de la tierra celta, y más que una duquesa una aldeana; y el pontífice, igual a cualquier hombre convertido en un dios por la ignorancia. Tú a todos medirías por igual, haciendo de tu pluma justa vara, sin doblar la cerviz ante el dinero ni temer la pobreza y la amenaza. Tú no estarías entre los Pemanes y los Maeztu y los Fernández Arias y otros cual ellos, viles mercenarios, sometidos al oro y a la gracia del mercader que compra sus escritos, igual que a una ramera mal pagada a la que obliga a someterse inerme, su insolencia alabando en rimas fatuas. ¿Podrán a ti ninguno compararse? A su historial de esclavos, ¿qué les aguarda en la posteridad? Ni el aprecio del pueblo, ni recuerdo de amor, ni honra, ni fama. ¿Pero es que el genio os concedió la suerte para prostituirlo, cual mundana que arrastra su belleza en los prostíbulos, entregándose a aquel que más la paga? Poetas mercenarios, que las liras prostituís, y con servil y baja adulación cantáis del potentado las hazañas y execráis a los mártires, que dieron su sangre y su cerebro, y cuanto amaban, por destruir el despotismo insano de los que desangraron nuestra Patria y la llenaron de vergüenza y lutos..., a los que un día execrará en sus páginas el libro de la Historia, como a vosotros mismos, lacayos de su oro y de su fama.
Nº 362
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