Dolet?n de la Real $cademia Gallega 261
Debido al privilegio que queda transcrito, continu? el castillo de
Mes?a siendo el ?nico en aquella tierra.
A la muerte de Do?a Ginebra, lo her?d? su hija D.1 Catalina,
pero, seg?n Vasco da Ponte, se le alzaron con ?l y lo perdi?. Precisa
mente, por este mismo punto y antes del nombre de la persona que
desp?j? a D.a Catalina, aparece cortada la Relaci?n de aquel cronista
referente?a la Casa de Mes?a. Falta, por lo tanto, el resto de ella, y por
su extrav?o ignoramos los detalles del suceso y el nombre y circunstan
cias del usurpador.
Tal vez ?ste lo haya sido el arzobispo D. Alonso de Fonseca, hijo
del otro Prelado del mismo nombre, y primo hermano de D.a Catalina,
pues en 1523 ya la fortaleza de Mes?a era propiedad de la Mitra de
Santiago, y, por nombramiento del Arzobispo, estaba en ella par alcai
de Fern?n D?az de Ribadeneira (1).
En lo sucesivo nadie volvi? a perturbar a los prelados composte
lanos en la posesi?n de la fatnosa casa fuerte, la cual, con toda su
jurisdicci?n, qued? definitivamente unida e incorporada a los dem?s
Estados de la Mitra. ?
Queda ya consignado que el castillo exist?a en 1401, que en 1467
lo derrocaron los hertnandinos, y que despu?s fu? restaurado por el
Arzobispo Fonseca. En tiempo del hijo y sucesor de ?ste, sufri? algu
nos desperfectos, que el Prelado siguiente, D. Juan Tavera, se apresu
r? a reparar.
El Cardenal Hoyo, en su interesante y conocida Visita que hizo
por la Di?cesis en 1608, lo describe as?: ?La fortaleza de Mes?a est?
siete leguas de la ciudad de Santiago hacia Betanzos. Tiene las paredes
muy fuertes y unos derrumbaderos por toda ella. Al rededor y por la
parte del Oriente y Septentri?n la cerca un r?o (2), y solo la entrada
por la puerta tiene llana. Tiene algunos aposentos y razonable vivien
da, pero muy lobrega y melanc?lica. ? Y m?s adelante a?ade: ? En la
fortaleza y juzgado de Mes?a, que tiene 2.000 vasallos, pone (el Arzo
oportuno manifestar que esta Colecci?n consta de muchos millares de escrituras, todas manus
critas y aun no publicadas, que con sumo cuidado guarda el Sr. Murguia, las que se hallan
sueltas, encerradas en grandes carpetas, y las dem?s, fuertemente encuadernadas en varios
gruesos vol?menes; unas, originales, y otras, traslados de los originales, sacados por el se?or
Murguia en el Archivo de Simancas, durante el tiempo que estuvo all? de jefe, y en otros
varios Archivos.El Sr. Murguia nos ha permitido extraer de la mencionada Colecci?n, cuantas copias de
documentos y noticias hemos necesitado para ilustrar el presente trabajo, y por su deferencia,
reiteramos nuevamente el mayor agradecimiento a nuestro querido y venerable maestro.
(1) El padre de G?mez P?rez, Gobernador de Filipinas.
(2) El Samo.