Bolettn dt la' ylcademia Gallega 25t
de la raza galaica y sus labios balbucearon en la nittez` e infan
cia la dulce fala de Galicia, que en aquellos tiempos era la misma
que en Portugal, a donde la llevaran los guerreros'y colonizadores
galicianos que salieron de esta tierra para combatir a la morisma.
San .'Antonio habl? y escribi? .`en idioma 'gallego; y aunque las
obras ' genuinas que de ?l conooemos est?n escritas en lath', tene
mos algunas cartas que la cr?tica aun no ha reconocido como au
t?nticas, redactadas en galaicoportugu?s. ' Cuando el ' Santo pre `<
dio?> en Roma en presencia de Gregorio IX y del Sacro Colegio
de Gardenales; dicen las leyendas medioevales que habl?.en espa
?ol' . (gallego) y que .entonces , se repiti? en el celoso predicador e1
milagro de"Pentecost?s, entendi?ndole cada uno de los oyentes en
el propio idioma?.
Los franciscanos y la' literature gallega
Si con la introducci?n del gallego en la predicaci?n habitual.
dieron alas los franciscanos a la elevaci?n y florecimiento de
nuestro romance, tambi?n con la predicaci?m misma favorecieron el
desarrollo de nuestra literatura popular, que tan viva,s huellas de
esplendor ha dejado en los C?ncioneros de l?' Edad Media, hoy
conocidos. Sabido es, en efecto, que en *conformidad con las indi
caciones ,de San Francisco, la primitiva predicaci?n ' francisca
na sol?a hacerse a modo juglaresco, hasta el punto de distinguir el
Ser?fico a sus disc?pulos con el sobrenombre de ?juglares del Se
?or ?., En consecuencia deb?an los predicadores a,traer con cancio
nes ;a sus oyentes." ` Asociada cual se hallaba, entonces, la poes?a
al canto, el propio fundador compuso en italiano vulgar el C??
tico di Prate Sole ?primero de los conocidos en lenguas romances
europeas? con tal objeto. pugs, la poes?a, engarzada en notas,
se difundi? influyente en labios de los predicadores, por todo el
territorio gallego, tan propicio a las expansiones l;iterarias de ca
Meter popular, debiendo ser ?sta la que distra?a la tristeza de sus
pensamientos y proporcionaba emociones ins?litas ?seg?n refiere
en su Estoria de dos amadores?, ?l c?lebre Rodriguez del Padr?n,
el cu?l concluye, al fin, vistiendo el h?bito franciscano y exhalando
en sus d?as postreros mieles de mistica suavidad en sus versos.
Notorias son, asimismo, las relaciones de intimidad de uno de los
primeros trovadores del Cancionero, Payo G?mez Charino, eon los
franciscanos de Pontevedra, a los cuales cede terreno para su