Dolet?n de la'Real %lcademia Gallega 165 ?
tante asunto, que tant?sima luz proyectar?a sobre la ignota organograf?a
gallega.
La evoluci?n progresiva del vetusto instrumento, tan en boga en
el siglo xI, di? por resultado la reducci?n de su tamarlo, adapt?ndosele
definitivamente las teclas m?viles, destinadas ? reemplazar la acci?n
directa de los dedos sobre las cuerdas, y para que una sola persona
pudiera pulsarlas y poner la manivela en movimiento.
En las cr?nicas y en la l?rica medioevales (1) se habla de la rota,
de Noya, del siglo xv, son adecuados temas para una disquisici?n interesante en la no es
crita historia de nuestros instrumentos m?sicos, como insint?a con notorio acierto Murgufa
en Galicia, p?g. 517, n?ta 2.a
Pero sin regatear los relevantes m?ritos del primer monumento de estatuaria pol?croma
de Espa?a, advirti? juiciosamente el entendido arque?logo Sr. Lamperez, (Vid. Conferen
cias en el Ateneo de Madrid, Marzo de 1902), que is maravillosa f?brica de la Catedral de
Santiago?cque represerita el triunfo de los m?s perfectos sistemas rom?nicosn?no es
producto genufnamente national, sino que en ella?y fuerza es confesarlo aunque el patrio
tismo padezca, ariade,?se nota la gran influencia de la arquitectura francesa, de la,escuela
auvergniense, y esto lo razona y puntualiza el bien informado crftico.
Sin el propOsito de intervenir en la ardua controversia, observar? tan s?lo la contras
tada semejanza del bajo relieve de Saint Georges de Bocherville. ? tres leguas de. Ru?n, y
que data del siglo xr, con el P?rtico de la Gloria de Compostela, y ? mayor abundamiento
v?ase el dibujo.?Lavoix (hijo), Flist, de la anisica, p?g. 71; Rambosson, Les harmonies du
son et i' hist. de la Musique, 3.a pa rte, cap. II, y Fetis, Hist. gen. de la Musique, t. IV, p. 504.
? Como essabido, Mateo termin? la cGlorian de Santiago en 118o, y en tiempos del
Obispo D. Lorenzo, ? principios del siglo xtrr,?dice Alonso, el cronista de Orense,?co
rresponde, si no toda, una gran parte de la obra del portico de la catedral Auriense.
Adem?s, cree Vander Straeten (Les musiciens neerlandais en Espagne du douzieme au
dixhuitieme si?cle, t. I), qne los instrumentos que tra?an ? habfan importado anteriormente
las peregrinaciones flamencas ? Santiago, sirvieron ? los canteros escultores de Compostela
para modelar la orquesta:de los 24 ancianos.
Y ? esto pudiera objetarse que no es solatnente en el bajorelieve de la iglesia abacial
de Normandfedonde aparece el coro de celestes personajes, sino qoe tambi?n se destacan
en varias puertas rom?nicas ? ojivales, llamadas del 7uicio Final, de los siglos xis y xuI'
como los p?rticos de las iglesias de Toro, Le?n, Ripoll y de la Virgen de las Perlis, en ?
Sep?lveda,=(Serrano Fatigati, Instrumentos ,n?sicos en los C?dices espa?oles, Discurso, p?gi
na 18), localidades que no serfan visitadas por los flamencos en sus peregrinaciones..
(a) Desde las Etimolog?as de S. Isidoro, hasta los mesteres de clerecia, en un lapso de
setecientos a?os, se hallan abundantes enumeraciones instrumentales, m?s 6 menos preci
1 sas,,de la viola de ruedas.
? La cita el himno latinovisigodo Pro nubentibus; alude ? ella el c?lebre poetamdsico
Guillermo de Machault en sus poetnas La prise d' Alexandrie y en el Cap. Comme li amant
feat an diner de sa dame de li tempi pastour, (Vid. Magasin Pittoresque, 0.? 4, p?g. 31,
Paris, 1834). ?