226 Doletia de la Real Academia Gallega
la capilla de San Pedro hasta Santa Maria la Corticela, o seg?n m?s clara
mente se lee en la carta que ?Adefonsus Raimundi Comitis et regina
Hurraca filius?, di? a los monies de Antealtares, en tiempo del Arzobispo
D. Pedro (i), que trae Yepes, ?incipitur ab ecclesia Sancti Salvatoris et
per altare Sancti Joannis directe ad fundament= ecclesia Sanctm Maria
usque ad murum de turre minore...?. De suerte que los monies reserva
ron lo suyo y singularmente los altares de su iglesia y las obvenciones
que a ellos ofrecian los fieles, que atendido el ' concurso de peregrinos,
serian de cierta importancia y no podia por lo tanto Gelmirez disponer
de las cosas de Antealtares y menos de los altares que con tanto empe?o
defendieron. Se reservaron los monies entre otros el altar del Salvador,
era de ellos, asi lo reconoci? D. Diego Pel?ez ante el Rey y por lo tanto
Gelmirez, su sucesor, no podia disponer de ?l, ni colocarlo donde le pare
ciese. Era cosa de los monjes y a los monies tocaba hacer de lo suyo lo
que m?s recto y conveniente juzgasen. Y existiendo entre ambos las duras
relaciones que claramente se ven en la escritura de concordia citada, bien
comprendemos que ni ellos cederian el altar que con tanto empe?o defen
dieron, ni tal idea se le hubiera ocurrido a ning?n Obispo de Santiago (2).
Y notemos que esas duras relaciones que tan claramente aparecen en la
escritura de concordia de 1077 ante Alfonso VI, continuaban todavia bajo
su nieto, seg?n aparece en la que ?ste firm? en i t47, despu?s que Gelm?
rez habia ya fallecido y regia la di?cesis el Arzobispo D. Pedro. Por eso
resulta evidente que el altar que Gelm?rez coloc? debajo del suyo, era el
altar que hoy se guarda en la cripta, el altar de que podia disponer el
Obispo y el Cabildo, el que tenian (3) para sus cultos.
Y por eso se hall? ahora ?ste en la cripta, cuando se hicieron los
trabajos que dieron por resultado el hallazgo prodigioso de las reliquias
del Santo Ap?stol. Debajo del altar lo hall? el Sr. Verdugo; al hacer sus
obr?s, le pareci? mejor sustituirlo por un cenotafio y deposit? en la cripta
aquel antiguo altar, y en la cripta ahora lo hemos encontrado. Y hemos
encontrado ?ste y no el de San Payo, porque ?ste no estaba a la saz?n a
disposici?n del Obispo, c?mo tampoco hoy est?. Servia alli para celebrar
sus misas la comunidad de San Pelayo, como les sirve a?n ahora.
Y al llegar aqu?, me parece la ocasi?n de hacer una advertencia, sobre
(z) Est? fechada en 147, siendo ya Arzob?spo D. Pedro.
(2) Para comprender con que tes?n defender?an el altar del Salvador, nos basta
considerar la inscripci?n que le pusieron entonces, como afirman los escritores de Recuerdos
de un viaje a Santiago.
(3) As? to consigna terminantemente D. Antonio. ? Este ?dice? era el que Aime
rico dice que estaba debajo del altar que construyo Gelmirez?. V. Historia, t. I, pig. 308.