Dolelin de la teal Academia Gallega 223
juicio, cosa muy de considerar. Le pareci? peque??simo a Gelmirez (I) y
puso otro mayor aunque tuvo para eso que derribar la cripta a pesar de
la irreductible oposici?n de los can?nigos porque no correspond?a a tan
excelso ap?stol tan mezquino altar. Le habia parecido ya ?nfimo a los
fieles y pot eso buscaron otro mayor para sustituirlo. Es que hab?a creci
do la misa. Es que se habian multiplicado los fieles. Es que no gustaban
en estas ?pocas altares tan peque?os. Por eso hemos escrito y es, seg?n
me parece, cosa evidente que si ese altar no se hubiese hecho en los
tiempos apost?licos, no se hubiera hecho nunca. Si hay alg?n altar anti
guo que pueda presentar m?s seguras pruebas de autenticidad, me gozar?a
en saber cual es. Yo ciertamente no lo conozco. No lo conozco, ni lo
hay. Tiene ?ste tan fuertes testimonios de su autenticidad como puede
presenter cualquier otro : como no puede presentar ninguno.
Y noten los lectores que el altar levantado al lado del cuerpo de
Santiago por sus disc?pulos de que habla la Compostelana y el C?dice de
Calixto, lo hab?a consignado ya mucho antes la carta del Papa Le?n III
dando noticia de tan feliz hallazgo, comunicado sin duda por Alfonso el
Casto. Describe el hecho de llevar los disc?pulos su cuerpo a Joppe,
c?mo all? se embarcaron en una peque?a navecilla, que con pr?spera
navegaci?n los llev? a Iria. De all? transportaron el cad?ver de su maestro
a Libred?n ?ubi construxerunt lapideo opere sepulcrum... Superedifica
i ? tur ecclesia quantitate minima, que altari ornata divo, felicem devoto pan
dit aditum populo?. ?Construyeron all?, en el Libred?n, un sepulcro de
piedra y sobre ?l una iglesia peque?a que adornada con un sagrado altar
abre sus dichosas puertas al pueblo devoto?. tNo es verdad que si San
Le?n III hubiera visto la cripta no la hubiera descrito con mayor exacti
tud? Pues esto se escribi? cuatrocientos a?os antes que tres can?nigos de
Santiago hubiesen pensado en escribir la Compostelana. Y vean mis lecto
res c?mo no perecieron por completo los escritos de que nos hablaban
los autores de aquella famosa historia cuando nos dec?an que constaba
haber puesto sus discipulos un altar peque?ito al lado de los sagrados
despojos del Ap?stol, por la palabra de los fieles que as? lo hab?an enten
dido de sus mayores y por los escritos de sus antiguos padres. Y como ?ste
alg?n otro habr?a sin duda muy m?s anterior a Le?n III que gozaron
e llos y desconocemos nosotros..
Y baste lo dicho para convencer esta verdad que no parece pueda
ponerse en duda y de sobra hemos molestado a los lectores con su de
(z) Y aun el de Gelm?rez le pareci? peque?o al can?nigo Verdugo, autor de las re
formas que hoy vemos en la capilla mayor de la Catedral, pues lo agrand? por ambos lados.
As? se fu? aumentando perpetuamente el altar de Santiago.