5 Dolei?n de la Real cademia Gallega
pa?s, tal prescripci?n' se 'ha t?odifieado, acudi?ndo Un d?a .los hombres
y otro las mujeres) se ponen en movimiento llevando enhiestas las
cruces parroquiales, estandartes y . pendones de las cofrad?as, yendo
cada uno de los penitentes provisto de pan, ?nico ` alimento que se
permite, y esto en una sola vez durante d?a y medio. D?se en seguida
comienzo ? ciertas piadosas ceremonias, como confesar, etc:, y ? las
once de la ma?ana empieza la misa, en la cual, por inmemorial cos
tumbre, se echan diez y siete ? m?s oraciones "? cada 'tercio,' que son:
la de Santa Tecla, de la Asunci?n .y Santo del d?a, Esp?ritu Santo, San
Miguel (como patrono de una de la3 parroquias que concurren), San
tiago, San Pedro y San Pablo, San Bartolom?, tambi?n patrono de otra
de las parroquias, lo mismo que San Lorenzo y Santa Marina.?pro
tempore belli?, ?pro pace?, ?pro conejrdia?, ?pro congregatione?, ?pro
remissione peccatorutn?, ?pro navigantibus? ?pro se ipso sacerdote?,
?pro vivir et defunctis?; y las mismas ?ad secreta? y ?ad postcommunio
nem.? Concluida esta gran misa se procede ? la procesi?n general, en la
cual van levantados en alto, muy cerca de cuarenta estandartes y las cru
ces de las cinco parroquias y ?en ella se canta, escribe el autor moderno,`
la letan?a de todos los Santos, alternando cada uno con santa Tecla y
aumentadas algunas preces en gallego y griego que se cantan en un
tono sumamente devoto.? Llegados (l?e son al lugar en que est? el
p?lpito de piedra ?bastante curioso?, a?ade el autor antes citado, se
coloca la imagen de santa Tecla en el altar dispuesto para ello, y se
predica ?un largo serm?n de penitencia, apoyado en pasajes de la vida
de la Santa.?
Otros m?s? largos ejercicios y rezos tienen lugar, y de ello da bas
tante noticia el documento ? que preceden estas observaciones, pero no
ha de callarse que la mayor parte de los cofrades pernoctan en el monte
y duermen en el suelo.
? ?
A pesar de la gran austeridad de las Constituciones, los obispos de
Tuy se vieron obligados, en m?s de una ocasi?n, ? tomar algunas dis
posiciones ? fin de evitar ciertos inconvenientes propios do todo gran
concurso de gentes. 'En 175, el obispo D. Juan Manuel Rodr?guez Cas
tafi?n, orden? ?que ninguno se atreva ? llevar naipes ni ? jugarlos ni
de d?a ni de noche mientras dure el ayuno? y que los p?rrocos hagan
que los padres de familia lleven sus hijos ?sin permitirles palos ni
otras armas con que perturbar la devoci?n de los fieles?. Las dem?s
?