DON LEOPOLDO EIJO GARAY
Por PAULINO PEDRET
Eran los ?ltimos a?os de la vida del cardenal Ceferino Gon
z?lez, arzobispo de Sevilla, dominico y fil?sofo escol?stico, cuan
do llegaba a la risue?a capital de Andaluc?a un ni?o vigu?s,
hu?rfano de padre, Leopoldo Eijo. Empez? a estudiar en el Se
minario de Sevilla y despu?s de haber estudiado los a?os de
Lat?n y alguno de Filosof?a, en 1893 lo envi? a Roma para que
estudiase en el Colegio Espa?ol, que en 1892 hab?a fundado el
sacerdote catal?n Manuel Sol, el arzobispo cardenal Sanz y
For?s.
Los alumnos de este Colegio asist?an y asisten a la Univer
sidad Gregoriana, as? llamada por los grandes favores que le
dispens? el papa Gregorio XIII en el ?ltimo tercio del siglo XVI.
En ella, cuando estudiaba Eijo, ense?aban jesuitas de tanto
saber como el canonista alem?n Wernz, de tanto poder creador
como el te?logo Billot, m?s tarde cardenal, de tanta facilidad
para las lenguas como el orientalista Sismondi.
Eijo, que hab?a ingresado en el Colegio Espa?ol a los quince
a?os, en los nueve que estuvo en ?l se hizo doctor en Filosof?a
en la Academia Pontificia de Santo Tom?s, fundada por
Le?n XIII en 1879, y doctor en Teolog?a primero y luego en De
recho Can?nico en la Universidad Gregoriana.
Vuelto a Espa?a en 1902 fue profesor en el Seminario de
Sevilla hasta que en 1904 obtuvo por oposici?n la magistratura
de Ja?n.
En enero de 1908 fue nombrado tambi?n por oposici?n lec
toral de Santiago, y, como catedr?tico del Seminario, ley? en la
inauguraci?n del curso acad?mico 1913 a 1914 un erudito y ga