274 jolet(n de la Real Academia Gallega
PROTOHISTORIA
Los adelantos en, las ciencias naturales, especialmente en la Geolo
g?a y la Paleontolog?a, han afirmado la verdad de la Creaci?n, seg?n el
G?nesis. Bossuet, al decir que los d?as de la Biblia ..eran procesoso
desarrollos sucesivos en virtud de los que el mundo lleg? al adquirir el
estado actual, en manera alguna comparables con ,los d?as naturales?;
la Cosmograf?a etrusca al asignar tan largo per?odo de a?os, la Escri
tura al usar la palabra d?a, como, per?odo; de la vida del hombre, o de
cientos de a?os, hacen comprender que el d?a b?blico, se refer?a a per?o
dos indeterminados (z). .
El transformismo de. Lamark, propagado por Darwin, ha dejado de
preocupar los .esp?ritus. S?lo algunos antrop?logos, por hacerse singula
res, sostienen, aunque con flojedad, esta idea,, que en su exageraci?n
lleg? a hacer confundir en Oeningen, el esqueleto f?sil de una salaman
dra, con el del hombre primitivo, bautiz?ndolo con el nombre de Horno
diluviitestis dado.por Schenzer, que lo descubri? (2).
Hoy, al rechazar lo que la Anatom?a distingue, lo que la Fon?tica
separa y.lo que la. Inteligencia en su desarrollo cient?fico hace imposible,
se ha dado el golpe de gracia a la teor?a 'transformista. Esta, m?s que
objeto de discusi?n, lo es actualmente de distracci?n cient?fica (3). ,
Admitida, pues, la Creaci?n, no puede dudarse de la unidad de la
especie humana, y menos ?a no volver al mitol?gico diluvio de Deuca
li?n? se puede sostener que el , hombre fuera creado simult?neamente
en varios pa?ses; ni trasladado a ellos milagrosamente. Lo sobrenatural
no tiene raz?n de ser, cuando el hecho puede tener lugar f?cilmente y
por los medios ordinarios.
Sentado de consuno por las historias sagrada y profana, la proce
dencia asi?tica del hombre, por fuerza que admitir la poblaci?n
de la tierra, mediante las emigraciones.
La inteligencia humana no puede adivinar, cu?ntas, y cu?les fueron
?stas.. Espesas tinieblas, imposibles de disipar, se lo impiden.:
;Desde el hombre de las cavernas, que aparece a la vez que el ma
muth, y los objetos de piedra tosca, en la ?poca cuaternaria, hasta el
que se presenta en el per?odo hist?rico ?qui?n es capaz de ?ni a?n apro
(i) Brehm. Geogenia. Tomo ix, p?gina 383.
(2) Vilanova y Rada. Geolog?a y Protohistoria ib?ricas.
(3) V?ase la obra del P. V?ctor Van Trich, Nuestros trillos. Bilbao, 1898.