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94 Dolelin de la Real ylcademia Gallega
que no pudieron estar juntos jam?s. No se hizo ese agujero para
recibir un palo. No sirvi? jam?s de columna ese altar pagano. El
entendimiento lo ve, lo afirma y vuelve a preguntar, , para qu? sir
ve ese agujero?
?, Ser? para guardar algo ? Pero poco podr?a guardarse en
aquella oquedad. No cab?a ni el m?s peque?o de los torques que
en su tesoro conserva nuestro buen vecino y cari?oso amigo don
Ricardo B. Cicer?n (1). Esto. sin considerar que pronto los ladrones
dar?an cuenta de lo q?e all? se guardase, porque f?cilmente levan
tar?an la tapadera, pues no tenfa guarda ninguna, a lo menos en la
piedra no hay se?ales de ello, y si eso no, era por cualquiera par
te acometible la piedra. Le suceder?a lo que a las cajas de animas
de nuestros singular?simos cruceros, que si no las defiende el temor
de Dios, pronto aparecen robadas. ?
Por eso despu?s de pensarlo repetidas veces creo que ese agu
jero, ese peque?o escondrijo se hizo para depositar all? reliquias
de santos m?rtires y consagrar a Dios por medic) de ellas lo que
hab?a estado dedicado al demonio muchos a?os y hacer que lo que
hab?a servido al culto de los ?dolos sirviese para siempre al culto
y veneraci?n del Senor. Parece un poco extra?o, parece que re
pugna al coraz?n cristiano el ver decir misa sobre una ara que es
tuvo consagrada a los ?dolos. Per?, si nos fijamos, en la cruz en ?
que fu? inmolado Cristo, muchos otros antes que ?l habfan sido
sacrificados ya. Algunos quiz? inocentes, pero otros muchos
sin duda grandemente criminales. All? mismo, al lado suyo, salpi
cado quiz? con la sangre adorable del Senor, estaba tambi?n espi
rando en una cruz semejante a la suya el mal ladr?n. Las v?ctimas
se diferenciaban enormemente : una era la santidad infinita y la
otra un enorme criminal, pero id?nticas las aras en que estaban
inmolados, . tan id?nticas que santa Elena no pudo en modo alguno
distinguirlas sin milagro.
CELESTINO GARC?A ROMERO,
(Concluir?). , S. J. ?
?
(1) La muerte lo arrebat? al cari?o de sus amigos y la Arqueolo
gfa y la Historia gallegas lloran amargamente su falta.