FR. BENITO JER?NIMO FEIJ?O 9
ocupaciones. Igual que el fil?sofo de Koenisberg, no quiso salir
de un apartado pueblo de provincia, y all? en el reducido recinto
de su celda, sin aparato, ni ostentaci?n, escribi? sus libros y pas?
tranquilamente la vida, sin estrariarse de nada como el verda
dero s?bio, y bendiciendo al cielo que le habia dada con la inte
' ligencia, un corazon exento de ambiciones. Profundamente re
, ligioso, por mas que le tratasen de imp?o sus adversarios, la
oracion fu? uno de sus mas grandes consuelos.
No ciertamente, no fu? Feij?o de los que por temor, dejaron
de llevar hasta sus ?ltimos l?mites las consecuencias que podian
sacarse de algunos de sus principios, sino porque su razon no
traspasaba la l?nea que le trazaba en ciertos asuntos, su sincera,
su verdadera piedad. Escusaba nuestro monge de entrar en el
claustro solamente para gozar de los bienes terrenos; mayores
los tenia en el siglo y los abandon?. Semejante al anacoreta de
los primeros tiempos, dej? la riqueza y abundancia, la comodi
dad y el dominio de la casa propia, por la dependencia y la so
ledad del claustro, y esto solo lo podia hacer un alma profunda
mente religiosa. Que no ambicionaba mas que la quietud y
apartamiento, que no tenia mas norte que el bien de sus seme
jantes y el triunfo de la verdad, lo dice perfectamente el hecho
de haber renunciado los grandes empleos dentro de su ?rden,
las ambicionadas posiciones en el estado religioso, y aceptado
aquellos otros cargos que mas que de honra eran de trabajo, y
esto por obediencia. Vi?sele as? nombrado tres veces maestro
general de la ?rden, tres veces abad de San Vicente de Oviedo,
electo del de Samos, y San Mart?n de Madrid, y "habria alcan
zado mas, dice el Sr. Anchoriz ? quien seguimos, la alt?sima de
prelado 5 si no la rehusara con insistencia, y ? no mediar la
consideracion de que ese cargo podia entorpecer el curso de sus
elSe nos asegur? que en el archivo de la familia de este ilustre escritor, se
lserva el borrador escrito de su letra, de la renuncia que hizo Feij?o de un
obispado que se le habia dado. Especie era esta que por nueva y curiosa, mere
ea aclararse, y hemos detenido largo tiempo la publicados de estas p?ginas,
renterando que se nos proporcionase una copia de dicho borrador. La larga
enda del pais, del actual poseedor de la casa, y la necesidad de continuar
1 irnpresion de esta obra no nos permite esperar mas tiempo, y por lo mismo
ans limitamos ? apuntar la especie. Dicho descendiente conserva asimismo
cartas interesantes aut?grafas de Feij?o, que se nos han ofrecido, para que
podamos dar su facsimil de alguna de ellas al final de esta obra. Por decontado
asegurar que en la Bibl. prov. de Lugo, ? donde fu? ? parar la del
.. nvento
convento
de Samos, que como se sabe hered? al P. Feij?o, se conservan varios
"ras de su uso, en los cuales se v? su nombre y firma aut?grafa.