94 Bolet?n dela "Real 5kcademia Gallega
si?n tan solemne, que el gallego insigne, ? cuya memoria rendimos
tan justos y merecidos homenajes, no s?lo fu? un buen patricio, un des
interesado rep?blico, que en el ejercicio de sus altos cargos no busc?
jam?s su medro personal, y lo sacrific? todo en aras de la patria, sino
tambi?n hombre de fe, creyente sincero, cat?lico pr?ctico, que, joven,
cuando el ardor rom?ntico encend?a la sangre de sus venas y sefioreaba
su alma, ni se di? ? la vida de Bohemia, ni le atrajo el ruido de las or
g?as byronianas, ni se dej? arrastrar de la turbia ? impetuosa corriente
del romanticismo bastardo, que tantos estragos hizo en las creencias y
en las costumbres; y despu?s, ni como escritor, ni como pol?tico abdic?
de la fe de sus mayores, ni hizo traici?n jam?s ? sus convicciones reli
giosas, antes bien, mostrose siempre hijo obediente y sumiso de la
Iglesia, y en las circunstancias m?s cr?ticas, en los, momentos m?s so
lemnes de su vida, di? p?blico testimonio de su fe, realizando edifican
tes actos de piedad, y no avergonz?ndose de confesar abiertamente a.
Jesucristo delante de los hombres.
Abrid, abrid sus obras; examinad sus escritos. \Tedie en las lec
ciones que di? en el Ateneo de Madrid contra el socialismo, lecciones
profundas y elocuent?simas, publicadas despu?s en libro, en las cuales
trat? con asombrosa clarividencia tan pavoroso problema, adelant?n
dose medio siglo ? su tiempo; vedle proclamar y enaltecer el poder
salvador de la religi?n, y presentar ? la Iglesia cat?lica como el ?nico
baluarte, el ?nico valladar capaz de contener el torrente de ideas disol
ventes que amenaza destruir los fundamentos de la sociedad; y en su
obra Italia y Roma, y Roma sin el Papa, obra imperecedera de fil?sofo,
de apologista, de creyente, escrita en las treguas que le daba la traido
ra y tenaz dolencia que le llev? al sepulcro, cuando rug?a por toda Eu
ropa el hurac?n revolucionario que oblig? al bondados?simo, al inmor
tal P?o IX ? huir de Roma disfrazado y solo, vedle salir ? la defensa
del Pontificado, y luchar por la independencia del Pont?fice, con las
mismas armas, con el mismo ardor, y no con menor gloria que los
Manning y los Dupanloup, demostrando que la Iglesia cat?lica es la
regeneradora del mundo, fuente de derecho y madre de las ciencias y
de las artes; que Roma es m?s grande que Italia, no s?lo en su vida
hist?rica, sino en su misi?n providencial, y que el Pontificado no es
italiano, ni es europeo, porque es cat?lico, y que es indiscutible, porque
es incuestionable.
Si examinais ahora su vida p?blica desde este punto de vista, ob
servareis, por lo pronto, que empieza y termina, por decirlo as?, con
dos actos de protecci?n y defensa de los bienes y derechos de la Igle?