268 Boletin de la Real Academia Gallega
la que existe, una la romanovisig?fica, de los siglos primeros de
la Iglesia y, por lo tanto, la verdaderamente primitiva, y otra la
de Odoario, galaicoasturiana (me refiero al estilo), y por lo tanto
con grandes supervivencias visig?ticas y, posiblemente, con mu
chos elementos del anterior edificio. ?A cu?l de las dos pudieron
pertenccer los rectos de Lugo y de Saamasas?
Que son de la misma ?poca y visig?ticos, es indudable; pero
dentro de esta afirmaci?n no creo, por la carencia absoluta de otros
an?logos o parecidos en Galicia, que podamos con certeza atribuir
los al siglo vn o al vur, en e1 que tanto sobreviven en el Norte de
nuestra peninsula los motivos visig?ticos. Sin embargo, por creer
que la primitiva iglesia, levantada durante el apogeo de la romani
zaci?n de Galicia, pudo conserver hasta la invasi?n de los ?rabe,
sino ?ntegramente el edificio, cierto predominio de las formas his
panoromanas, y que la transformaci?n radical del monumento de
bi? de producirse (por nuevos procedimicntos constructivos y mayor
importancia de la sede) en la reedificaci?n de Odoario, en la pri
mera mitad del siglo VIII, en. el estilo que, nutri?ndose de la arqui
tectura visig?tica (cuyas formas heredaba), comienza precisamen
te a formarse por enhances y que hoy se conooe con el nombre de
asturiano, creo que estos restos visig?ticos de Lugo y de Saamasas,
pertenecen al monumento levantado por tan fainoso prelado, y que,
in?tiles o inadecuados para el rom?nico, fueron aprovechados hacia
el alto de 1129 (en que debi? de derribarse la iglesia de Odoario)
por la de Saamasas y otros edificios, como lo habr?n sido muchas
piezas m?s por tantas otras iglesias humildes y rur?les.
En este supuesto, el monumento de Lugo, tan ensalzado por Al
fonso el Casto, vendr?a a ser un lazo de uni?n entre la arquitectura
netamente visig?tica y la asturiana que vino a sobrevivirla, y de
la que podemos considerar a esta iglesia, ya no s?lo por las pala
bras de Alfonso II, sino por su reconocida importancia y magnifi
cencia (1), e incluso por estos mismos relieves que, a pesar de tan
destrozados, parecen por sus elemenios decorativos confirmarlo,
como prototipo de la arquitectura llamada impropiamente asturia
na (2) que si tuvo ?un primer per?odo obscuro y humild?simo hasta
(1) Recu?rdense las palabras de D. FORTUNATO SELGAS.
(2) Ya que ni por su origen ni por su extensi?n, como se ha reco
nocido por diversos autores, incluso por LAMP?REZ, podemos reducirla al
territorio de Asturias.