t~oletin de la Real )cademia Gallega 189
El literato, el poeta, el pintor,' el .escultor', el m?sico, tienen 'que.
obedecer, en sus creaciones; ? la ley del n?mero y lit forma?H
Perinitidine, pues, repetir lo que dije en una conferencia' p?blica
hace algunos a?os:
%No lo dudeis, se?ores, es fruto de la Matem?tica el hermoso tra:
?satl?utico que marcha hacia lejanas tierras para llevar como meiisa~
?jero de paz.y bienandanza,' los productos de la agricultura ? d?la in
?dustria, ? el poderoso acorazado que v? ? vengar ultrajes hechos'?'la
?bandera de la Patria; el tel?grafo, que permite contar en un momento ?dado las pulsaciones'de la humanidad entera; el telescopio, que deja
?examinar el inundo de los astros, ? ?l microscopio, que escudri?a l?s
?secretos do lo infinitamente peque?o. En leyes matem?ticas se tradu
?cen, as? l?s:m?oviinientos que se realizan en los espacios celestes, como'
?los vertiginosos que agitan las mol?culas de los cuerpos. Campeael
?n?m?ro en las .M?sbellas odas de P?ndaro, en las estatuas de Miguel'
?Angel, enlos lienzos de Rafael. ? ?"
ciMatem?tica en el cerebro del sabio, matem?tica en el coraz?n'
?del poeta, matem?tica en el cielo, en la tierra, en lo grande,'en lo pe=
?qu??o! ?En todas partes matem?tica!
??Y. es que en el n?mero, se?ores, se 'sintetiza toda la creaci?n, l?
?luz, el sonido,.la forma... Pit?goras dec?a hace' veinticinco siglos: ?L?s
?elementos del n?mero, son los elementos de todas las cosas? ?Qui?n
?duda que esos, encantos que presenta la naturaleza' en' sus hermosos"
? cambiantes de luz, que esos ' sonidos ? veces celestiales 'se reducen en
?suma ? vibraciones que recoge el prisma, ? una .sinuosidad; Una' for
? ma geom?trica al fin, que almacena el cilindro 'del fon?grafo? ?Que
?esos bell?simos arabescos que trazabala imaginaci?n fogosa de'los ar
?tistas de Oriente son en resumen cuesti?n de n?meros?,Gocemos ar
?tisticamente en la contemplaci?n de lo bello, pero sepamos que en n?
?meros se, sintetiza el colorido de las selvas y de los prados, los variados
?matices de los jardines; el suspiro luminoso de los astros, el azul viola
?do del espacio, el simp?tico murmurio del arroyo, el majestuoso re
?tumbar del trueno, el rayo de luz que choca en la frente del h?roe ?
?el que destellan las pupilas del sabio 1?
. Pero,'volviendo ? una idea que ya inici? anteriormente, aunque
esta ciencia de que me ocupo no tuviese las inmensas aplicaciones que
he Manifestado,' (m?s qu? para citar nuevos hechos, para recordar co
sas conocidas), siempre ser?a digna de nuestra admiraci?n por su:propia
belleza, que en otra ocasi?n he comparado con' los templos que en los'
tiempos de Ictino y Cal?crates se elevaban ? las divinidades Hel?nicas. S?,.