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busca. Pero a Santiago le defend?a su alejamiento del mar. No se pod?a
herirle al paso, saquearlo y partir de nuevo. Era, por lo tanto, forzoso
abordar las playas m?s cercanas a la ciudad sagrada,. que fu? ya siempre ?
su ?nico punto de mira, dejando a su espalda lugar seguro a donde vol
ver en caso de peligro, defenderse, y si la suerte les era adversa mar
char hacia otros pa?ses para ellos igualmente hostiles. Este lugar de
seguridad para una retirada, o para partir de nuevo, s?lo pudo ofrec?r
selo en este caso, por su admirabe posici?n, la isla de Cortegada. Pronto
vi? el normando cuanto le conven?a, como lugar de descanso y como
lugar de defensa, a la que concurr?a Carril, que le daba abrigo con las
alturas que le rodean. Pod?a tener all? sus cuarteles, pod?an sus naves
anclar sin temor, pod?an sus guerreros partir desde aquellas orillas y
marchar hacia Santiago, pod?an volver a ellas, ya vencidos, ya hartos
de despojos.
Los obispos compostelanos que cada vez m?s tem?an las invasiones
normandas, trataron de defenderse y para ello fortificaron la ciudad, y
como no bastase, hicieron otro tanto con las Torres de Oeste (i) desde
las cuales pod?a hostilizarse al enemigo, dificultar la marcha de las naves
y oponerles, a su abrigo, una resistencia importante, puesto que las
aguas del Ulla, cuyas orillas guardaban, les permit?an penetrar en el co
raz?n del pa?s gallego. Con cien naves y ocho mil guerreros vino Gu
droed (2) en el a?o de 968. Era expedici?n importante por el n?mero de
combatientes, lo era por la bravura de su jefe, qui?n sabe si por los
pensamientos que abrigaba de apoderarse de Galicia. Arrib? el enemigo
a Cortegada, y en la isla y en Carril se estableci? ya como due?o. In
form?se sin duda alguna del estado del pa?s, de las dificultades que
pod?a hallaren su marcha, y sabedor de la resistencia que le opondr?an ?
los naturales en las Torres de Oeste, comprendi? que mejor que arries
gar un combate en un lugar en que sus naves no pod?an pasar f?cilmen
te, se decidi? a emprender la marcha por tierra. S?pose en Santiago la
arribada dedos normandos, y a toda prisa se reunieron los,que hab?an
de combatirlos. ?
Dispuesto Gudroed a esquivar el indudable peligro que pod?a correr
(r) Fortific? las Torres de Oeste el obispo Sisnando y por lo tanto antes que Gudroed
invadiera Galicia, lo cual no impide que m?s tarde las reparase Cresconio, y al ?ltimo D. Diego
Gelm?rez. (2) Es bien cierto, y en decirlo no se descubre ning?n mundo nuevo, que las cr?nicas
cristianas llaman a Gudroed, Gunderedo, como tampoco es dif?cil saber, por poca lectura que
se tenga, que en la antigua lengua de los sagas, se escribe Gudrced el nombre de este guerre
ro. Sampiro le da el titulo de rey, ya lo fuese positivamente, ya simple wiking, rey de mar;
aunque lo m?s seguro es estar a lo primero, en vista de lo numeroso de su expedici?n. Esta
tuvo lugar el a?o gqo.