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seg?n a?aden, podr?an referir al Rey t hechos particulares que acredi
tasen hasta la evidencia el car?cter de ?ste hombre, que de intento
descarg? el rigor de su furia contra la infeliz juventud ?.
Acusaban tambi?n a nuestro ilustre compatriota de haber pres
cindido por completo de la lengua latina durante todo el curso; e in
sistiendo en sus duras apreciaciones, exclamaban, dirigi?ndose al Mo
narca : c Pero, Se?or, ?qu? extra?o ser? un porte de esta naturaleza en
el Dr. Font?n, sujeto de unas ideas nada comunes, decidido a chocar
con todo el mundo de la manera m?s grosera que puede imaginarse,
manifestando su insolencia con los individuos de su misma corpora
ci?n, intentando reformas en ella, aborreciendo con el mayor despre
cio a la ancianidad, insultando a los que, en calidad de atendientes se
presentan en su aula y descargando toda su furia con los colegiales de
San Jer?nimo, a uno de los cuales, alumno suyo, arranc? la beca y
maltrat? con palabras ofensivas, seg?n (afirmaban) pod?a informar el
Claustro?,
Refer?anse asimismo a la dimisi?n presentada por Font?n del
cargo de Censor de trajes, para el cual le hab?a designado el Rector,
y en el que dec?an no. hab?a podido sostenerse por su ?ndole impru
,dente, c que di? motivo a que le apedreasen la casa, rompi?ndole todos
los vidrios ?; y despu?s de manifestar que a los desgraciados ciento
ocho j?venes (algunos de los cuales se ve?an c descarriados por las
calles y despreciados de sps familias, sin poder acogerse en sus casas ?)
no les quedaba otro recurso que la protecci?n real, terminaban su es
crito formulando las siguientes peticiones.
Suplicaban en primer t?rmino que el Claustro convocase inme
diatamente a los alumnos reprobados por Font?n, quienes sufrir?an
nuevo examen ante el doctor nombrado por el Rey o elegido por el
Claustro: el examinador declarar?a cu?les de entre los referidos alum
nos se hallaban en disposici?n de pasar a la c?tedra de L?gica y Me
taf?sica. Ped?an, adem?s, que el Rey oyese el informe del mismo
Claustro sobre los particulares contenidos en esta exposici?n. Por ?l
timo, y revelando un pavoroso recelo contra las presiones que pudiera
ejercer el acusado, solicitaban que mientras se realizasen los nuevos
ex?menes e informase la Universidad, fuese alejado Font?n diez o
doce leguas de Santiago.
Suscriben este curioso documento D. Francisco Rey, D. Jos?
Camino, D. Silvestre Torrado, D. Pedro Nieves, D. Pedro Nicol?s As
tray Caneda, D. Andr?s Vicente de Turnes, D. Juan Manuel Montero,